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Las influencias venezolanas en la coctelería y gastronomía porteña dan pie a nuevos sabores, nuevas tendencias y nuevos emprendimientos. Visitamos la Picante Fest y allí conocimos las historias del Ron Querencia y la salsa picante Lágrima del diablo.

Cada vez hay más snacks con picante en las góndolas de los supermercados, como hace años atrás solo veíamos en los videos de los youtubers. Las salsas que te hacen levantar temperatura, ahora no faltan en ninguna hamburguesería, pancheria y locales de comida, porque si faltan, los clientes las exigen. Hasta la famosa marca de alfajores marplatenses incorporó esta temporada alfajores de chocolate con dulce de leche y jalapeños, habaneros y peperoncinos. 

En cuanto a los gustos en las bebidas alcohólicas, el vino y la cerveza siguen siendo preferencia mayoritaria, pero en la coctelería el gin dejó de ser el único destilado al que se le anima el productor argentino, y el ron, que siempre fue catalogado como la bebida del Caribe, ahora también se produce de muy buena calidad en nuestro país. 

El ron Querencia”

Daniel Gonzalez es caraqueño y vive hace aproximadamente siete años en Argentina. En Venezuela siempre trabajó en la industria licorera. “Mi idea era llegar y traer Ron de Venezuela, pero nos encontramos con dos barreras principales: la primera la impositiva, nos era muy costoso traerlo; y la segunda la cultural, porque en Argentina no había un público consumidor de este destilado”, cuenta. A raíz de esto, su proyecto mutó y creó un grupo para hacer catas de ron y empezar a enseñar las bondades del producto al consumidor local. 

En una de esas catas conoció a Nicolás del Zotto, un argentino que ya venía haciendo ron en su destilería. Cuando vio que podían complementar saberes, le propuso enseguida hacer algo juntos. 

Cuando recuerda esa unión de fuerzas, el argentino oriundo de Quilmes afirma: “Una de las cosas lindas que tiene Argentina es que venimos hace muchas décadas de hacer una conjunción de culturas, viene desde la inmigracion con los italianos. Ya Argentina tiene esa base es un país que está súper abierto a traer culturas nuevas, hoy estamos en una nueva ola, que encima una de las cosas que tiene de hermosa es que los venezolanos, en este caso, que son los que más conozco, han venido con unas ideas fresquísimas y buenísimas, y además del ímpetu que le ponen a todo lo que hacen, son super emprendedores y Argentina es un país para eso”. 

Daniel González y Nicolás Del Zotto, los creadores de “Ron Querencia” | Foto: gentileza. 

No fue fácil convencerlo. Pero un la insistencia de Nicolás y un sueño de Daniel en el que se veía haciendo ron en suelo rioplatense lo cambiaron todo. Hoy -junto a un tercer socio- son dueños de “Ron Querencia”, producido íntegramente en la Argentina. 

Bajo la premisa “Ron hecho por venezolanos en Argentina”, Querencia fue conquistando a consumidores de uno y otro país, ganando mercado en Buenos Aires, pero también en el interior del país: “hay bares en el fin del mundo. En Ushuaia sólo venden nuestro ron, no tienen otro”, comenta Daniel con mucho orgullo. 

En poco más de año y medio de vida, el Ron Querencia ya obtuvo la medalla de oro en los ASA (Argentinean Spirit Awards), un evento categórico con presencia de más de 20 jueces nacionales e internacionales. 

El Ron Querencia obtuvo la medalla de oro de la Argentina Spirits Awards | Foto: Instagram @ronquerencia 

Pese al galardón, los creadores de Querencia dicen tener mucho camino por delante y que la historia del destilado recién arranca en Argentina. En palabras de Daniel: “Querencia es el primer proyecto dentro de un gran proyecto, estamos trabajando en un ron más premium, este sería el ron base, el ron para coctelería, el ron para disfrutar, para conquistar, para después ir a algo más especializado”. 

La salsa picante “Lágrima del diablo”

Leon Febres Cordero es de Caracas y lleva 8 años viviendo en Argentina. Desde la pandemia -y a causa del aumento de precios en los supermercados- comenzó a elaborar salsa picante para consumo propio y de sus amigos. “Nos falta picante en la heladera, se está poniendo caro, vamos a hacerlo nosotros mismos” recuerda que pensó en ese momento. “Hicimos 20 recetas distintas hasta que dimos con una que nos gustó, que era una sriracha”. Lo que vino después fue una publicación en redes sociales para reírse entre los conocidos con el emprendimiento, pero la sorpresa fue que a los pocos días empezaron a llover las consultas y los pedidos de desconocidos solicitando información para ver dónde se podía conseguir la salsa.

Cuando le preguntamos cómo recuerda ese momento y cómo se embarcó en la producción, reflexiona: “Si nos ponemos a pensar en Buenos Aires o en Argentina en general hace 5 años era difícil conseguir una taquería, por ejemplo, o sitios de comida asiática, culturas que están acostumbradas a explorar otros sabores, otro tipo de propuestas. Esto nos dio a pensar que, por la migración, había un público esperando momentos y productos como los nuestros. Hay nichos que estaban poco explorados, como por ejemplo el picante, o en vez de hablar de gin hablar de ron. Hay un público que quiere conocer, aprender, disfrutar, consumir”, afirma. 

El emprendimiento “Lágrima del diablo” surgió para consumo personal, pero fue ganando adeptos y clientes | Foto: gentileza.

Ese público ávido de información y dispuesto a experimentar, sumado a un creativo trabajo de marketing digital, hizo que pasaran de las primeras experiencias de cocción artesanal de 20 botellitas semanales a una producción actual de 500 botellas por semana. Los productos son comercializados principalmente en restaurantes, dietéticas, almacenes en CABA y otras ciudades del país, como Tucumán, Mendoza, Córdoba y Bariloche.

“El crecimiento ha sido exponencial, la demanda no nos deja descansar, y eso es algo lindo”, dice León con una sonrisa en su rostro. Son tres tipos de salsas las que elaboran: la sriracha roja a base de jalapeños rojos (cosechados en Salta), al que define como un sabor muy clásico de salsa picante; su contraparte, la sriracha verde a base de jalapeños verdes, que es ideal para combinar con platos frescos, ensaladas, rellenos de sándwiches. Y, por último, el hot relish, un encurtido a base de pepinos y jalapeños, bastante menos picante que las salsas.

“No estás en México ni en China, que desayunan, almuerzan, meriendan y cena picante. Sino que buscamos un nivel de picor adaptado al paladar argentino. Porque al fin y al cabo estamos enseñando cultura, enseñando o integrando una manera de comer”, reflexiona. 

Además, León y sus socios, decidieron crear comunidad y convocaron a otras marcas de salsas picantes, todas de producción en Argentina, para reunirse, hacer un festejo y poder darle a los consumidores información para fomentar la cultura del picante rompiendo con el mito que en nuestro país solo se come en el norte. 

“Hay público para todo, solamente está esperando un lugar y un día para celebrarlo”, nos dice orgulloso mientras se da vuelta en cámara y señala a su espalda a la gente que recorre la Picante Fest, un festival que armó convocando a productores venezolanos y argentinos, y que en diciembre pasado celebró su segunda edición con gran afluencia de público.

León Febres Cordero llegó de Caracas a Argentina y trajo al país el picante | Foto: gentileza.

Ahí mismo, en la picante Fest, tuvimos la oportunidad de probar la nueva colaboración entre los emprendedores protagonistas de esta nota. Una lata lista para beber de Hot Tonic, con Ron Querencia, Tónica, y un almíbar picante de Lágrima del diablo que realmente disfrutamos bien frío.

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Licenciado en Comunicación Audiovisual (UNSAM) y Locutor Integral de Radio y TV, con más de 15 años de experiencia en radio. Sus raíces familiares provienen de Génova, Asturias y Polonia.


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