Un barco repleto de personas migrantes llega a Nueva York desde Europa, bordeando la Estatua de la Libertad, a principios del siglo XX. Una imagen tradicional de lo que fue el aluvión migratorio que llegó a Estados Unidos en búsqueda del “sueño americano”, desde un continente aquejado por la guerra.
Ese es el caso de Ewa Cybulska (interpretada por la francesa Marion Cotillard), personaje central en The Immigrant (2013, James Gray), quien deja su Polonia natal para llegar a Nueva York junto a su hermana. El intríngulis de la película se presenta en los primeros minutos cuando Magda, la menor de las Cybulska, es retenida en la Isla de Ellis por la tuberculosis que padece. A partir de allí, James Gray no logra elevar el filme más allá del propósito de la protagonista de liberar a su hermana.
Las premisas planteadas por el director se responden por sí solas al mismo momento de ser expuestas. La aparición de un actor de nota como el puertorriqueño Joaquin Phoenix en el papel de Bruno Weiss, genera una ilusión que tampoco se termina de materializar. Weiss evita la deportación de Ewa, pero el gesto no tiene nada de altruismo.
Uno de los aspectos más destacables de la película es la ambigüedad de Bruno. Pese a que se encontraba cautivado por Ewa, el hombre la expone a acciones a las que ella no estaba dispuesta a acceder. Weiss gestiona los entretenimientos nocturnos de un burdel donde la protagonista vive los peores momentos de su periplo, lo que en ella genera un tormento psicológico y espiritual. El sentirse culpable en un contexto donde es víctima la llevan a imaginar un más allá en el infierno.
Sin embargo, las desventuras de ambos nunca captan el interés del espectador en su totalidad. La obstinación que Bruno tiene a la hora de intentar ganarse el amor de Ewa provoca que las compañeras de ella en el burdel comiencen a mirarla con animadversión. Pero la aparición de un nuevo personaje entrega esperanza a la protagonista y también al espectador, aunque, una vez más, la historia se ahoga en la indeterminación del guion.
El momento en el que sale a escena Emil (papel a cargo del estadounidense Jeremy Renner) le da un aire nuevo a la película. Aire nuevo y efímero. Emil es primo de Bruno, lo que lleva a rememorar fantasmas del pasado y una disputa por la atención de Ewa, cuyo foco siempre está puesto en Magda. Su tesón a la hora de intentar recuperar a su hermana la arrastran a conocer las profundidades más oscuras del ser humano, como la humillación, la explotación y la traición familiar.
En definitiva, The Immigrant se consagra con relativo éxito desde un punto de vista histórico. James Gray logra evidenciar cómo era emigrar en condiciones de precariedad absoluta, a partir de un origen azorado por la guerra. Además, se refleja la ilusión que sienten los migrantes por emprender el “sueño americano”, que muchas veces se convertía en una pesadilla muy alejada de la idealización.
De igual manera, lo logra con una trama llana y sin sorpresas, donde los planteamientos no echan raíces sobre el argumento y lo dejan flotando en un limbo indefinido. La película narra una historia que, tal vez, sería la primera que se nos ocurriría al pensar en dos mujeres migrantes que llegan a Nueva York a principios del siglo XX.
Desde lo artístico, la película cuenta con un reparto sólido y una aceptable variedad de personajes. La dirección de fotografía de Darius Khondji es lo que mejor logra involucrar al espectador en el clima de época, con una imagen brumosa, ajada y amarillenta. Pero, al final, todo termina diluyéndose por su propio peso.
Nota: The Immigrant, difundida en España como “El sueño de Ellis”, fue difundida en Hispanoamérica con el nombre “Sueños de libertad”. No se debe confundir con The Shawshank Redemption, emitida en Hispanoamérica como “Sueño de fuga”, pero en Argentina con los nombres de “Sueños de libertad” y “Escape a la libertad”.

Alejo Savio
Mi nombre es Alejo Savio. Tengo 26 años y soy periodista desde 2021. Nací en Río Tercero y actualmente vivo en Córdoba Capital, donde me dedico al periodismo y a la redacción.
Soy descendiente de italianos que llegaron a Argentina a principios del siglo XX, y valoro mucho mis raíces y la historia migrante de mi familia.
En mi tiempo libre, disfruto del cine y los deportes.