El 20 de mayo del año 1996 se materializó la primera “Marcha del Silencio” en homenaje a las víctimas de la última dictadura militar a partir de una convocatoria pública de madres, familiares de uruguayos desaparecidos y otras organizaciones de DD. HH. A 30 años de aquella movilización popular, y ante una nueva edición de la marcha en el Día de la Memoria, Refugio Latinoamericano dialogó con Eduardo Rubio, dirigente político del Movimiento 26 de Marzo, ex preso político.
Bajo el lema “Por verdad, memoria y nunca más”, los organizadores difundieron el 17 de mayo de 1996 un aviso a través del semanario político Brecha, desde el cual invitaron a marchar el día 20 de mayo de ese año “en homenaje a las víctimas de la dictadura militar y en repudio a las violaciones de los derechos humanos”. Con punto de encuentro en la plaza a “Los Desaparecidos en América”, la propuesta fue caminar “en silencio” hacia la Plaza Libertad con flores y el pabellón nacional. Este 20 de mayo del corriente año se cumplen 30 años de aquella primera marcha.
En un contexto donde durante el año 2024 se eligió nuevo presidente, cambiando el signo político a nivel nacional, el último fin de semana se hizo lo propio con las autoridades departamentales, confirmándose una renovación oficialista en el distrito más grande (la capital del país), a días del paso a la inmortalidad del ex preso político y expresidente José “Pepe” Mujica. Uruguay retoma un diálogo no solo con la historia sino también con el presente y futuro de la memoria, la verdad y la justicia en torno a las y los detenidos-desaparecidos y presos políticos durante la última dictadura en este país, en el marco de las sangrientas dictaduras latinoamericanas de los 70 y su coordinación transfronteriza a partir de la implementación del Plan Cóndor.
A pocas horas de una nueva Marcha del Silencio, desde Refugio Latinoamericano, portal dedicado integralmente a la temática migrante, le realizamos una entrevista al exdiputado nacional uruguayo Eduardo Rubio, no solo para conocer su opinión acerca de esta fecha en particular, sino además como propuesta de conversación sobre temas tangenciales a la misma. Avances y retrocesos en materia de justicia, reparación e impunidad respecto a los delitos de lesa humanidad, actualidad política, deudas y avances sociales, la cuestión de la movilidad humana, los discursos xenófobos y de odio, entre otros.
—¿Contales, Eduardo, a nuestros lectores quién sos, qué has hecho y por dónde andás actualmente?
—Soy militante político desde la adolescencia, integro el Movimiento 26 de Marzo desde su fundación. Fui preso político desde el 72 hasta fines del 78. Estuve en cuarteles, en el “penal de Libertad”, después estuve en el exilio, luego retorné al país, siempre en la militancia política dentro de la izquierda.
Como militante y dirigente del 26 integré el Frente Amplio en su dirección nacional. También fui parte del equipo de presidencia del Frente Amplio hasta que se ganaron las elecciones en 2004, y a partir del primer gobierno del Frente, con Tabaré Vázquez en la presidencia, y ante una realidad que nos demostraba que el gobierno frenteamplista había dejado el programa de la izquierda y, en realidad, se transformaba en una garantía del continuismo en las políticas económicas, políticas internacionales, a la vez que dejaba el programa de izquierda, abandonamos, nos fuimos del gobierno y del Frente Amplio, y conformamos con otros sectores políticos lo que creemos que es el proyecto de reconstrucción de la izquierda, que hoy tiene como nombre Unidad Popular, Frente de Trabajadores. Para decir qué cosas, por ejemplo, fueron definitorias para nuestra ruptura con el gobierno del Frente Amplio: una de ellas fue que, ni bien asumido el gobierno, y después de habernos opuesto a la instalación de la planta de Botnia, hoy UPM, en Fray Bentos, el primer gobierno del Frente, con Tabaré Vázquez a la cabeza, acordó la instalación de esa planta, lo que nos generó un conflicto importante con el hermano pueblo argentino. Otros ejemplos fueron la carta de intención firmada con el Fondo Monetario Internacional, ni bien asumido el gobierno, que marcaba la continuidad de las políticas anteriores, una política totalmente al servicio de las grandes multinacionales del agronegocio y la invitación a Bush a visitar Uruguay en medio de la guerra de Irak. El gobierno del Frente Amplio, que en nuestro concepto ya no es una fuerza que represente en su dirección a una propuesta de izquierda, aunque tiene miles de militantes de izquierda, pero en la síntesis de su dirección, en realidad, refleja una alternativa que asegura la continuidad del modelo neoliberal.

—¿Cuál es tu impresión frente al 30.º aniversario de la “Marcha del Silencio” en el Día de la Memoria en recuerdo de las víctimas de la última dictadura en tu país y repudio a las violaciones a los DD. HH. en Uruguay?
—La convocatoria a esta 30.ª edición de la Marcha del Silencio lo que está marcando es que en Uruguay lo que sigue vigente es la impunidad. Hay algunos pocos militares presos en una cárcel vip, hay una fiscalía de derechos humanos que da una batalla brutal por la verdad y por la justicia, pero hay, desde lo que es la estructura del Estado en todos los gobiernos de los últimos 30 años, una definición clara de no romper el pacto de impunidad que se selló a la salida de la dictadura militar fascista en este país. Más allá de los pocos militares que están en una cárcel vip, como digo, otros que están prófugos, la impunidad sigue siendo la norma en este país en el que cientos, en el que miles de uruguayos fueron presos, torturados, cientos desaparecidos, en fin, la lista es grande, pero esta convocatoria es cada día más multitudinaria y lo que me importa resaltar es, sobre todo, que convoca mayoritariamente a jóvenes, a generaciones que no vivieron esa etapa, pero que sienten con mucha fuerza la necesidad de que prime la verdad y la justicia. Y esto me parece que es lo más importante.
—¿Qué evaluación hacés hoy, a casi 40 años del secuestro y asesinato en Buenos Aires, en el marco del Plan Cóndor, de tus compatriotas los exlegisladores Zelmar Michelini, del Frente Amplio, Héctor Gutiérrez Ruiz, del Partido Nacional, y del matrimonio de militantes tupamaros Rosario Barredo y Williams Whitelaw, si tenemos en cuenta su calidad de perseguidos en Uruguay y de exiliados políticos en Argentina?
—El secuestro y asesinato de Zelmar Michelini, del Toba Gutiérrez Ruiz, de Whitelaw y Barredo es tal vez, por la notoriedad de los implicados en este caso, la demostración de lo que fue el Plan Cóndor, de las leyes que regían a los asesinos al servicio del imperialismo yanqui y, por tanto, de las dictaduras que asolaban América Latina en ese momento. Hablar solo de las dictaduras, sin hablar del marco en el que se instalaron, es, de alguna manera, mutilar la historia. Las dictaduras en América Latina llegaron en el momento en que el imperialismo norteamericano implementaba un ajuste brutal sobre su patio trasero, justamente, América Latina. Fue el momento, además, en el que se impulsaron a sangre y fuego las políticas que instalaron el modelo neoliberal. De esa ofensiva viene la política privatizadora de las empresas públicas, viene la privatización de la seguridad social, viene el saqueo a nuestros pueblos, la pérdida de derechos conquistados con lucha de los trabajadores y del pueblo. Para eso vinieron las dictaduras dirigidas e implementadas desde EE. UU. Kissinger es una figura principal en todo ese proceso. No se puede pensar que las dictaduras fueron cinco generales malos que se reunieron y decidieron dar un golpe de Estado. No. Esto fue un plan continental inspirado desde el imperio y por razones económicas, al servicio del gran capital y las multinacionales, que no tienen ningún problema en masacrar a los pueblos para privilegiar sus intereses. En ese marco es que se da el secuestro de figuras tremendamente importantes del proceso político uruguayo, como Zelmar, el Toba, Whitelaw y Barredo, que eran integrantes del MLN. Su desaparición y asesinato fue la suerte también en Argentina y en Uruguay de miles de militantes y de luchadores sociales y políticos. Pensando en eso es que más repudiamos esta permanencia de la impunidad, porque la impunidad es la garantía de la repetición de estos elementos. El acuerdo con los criminales para garantizar su impunidad es lo que nos pone en riesgo de la repetición de estos crímenes brutales.
—De acuerdo al “marco de impunidad” actual en Uruguay por el fallo de la Corte del año 2013 que anula juicios a represores, declarando la inconstitucionalidad de la Ley 18.831 que restablecía la pretensión punitiva del Estado para delitos ocurridos durante la última dictadura militar, ¿qué opinión te merecen los avances y retrocesos y el rol de los últimos gobiernos uruguayos en ese tema?
—Lamentablemente, en Uruguay, desde la salida de la dictadura, después de que perdimos el plebiscito para anular la ley de impunidad, no ha habido en los gobiernos que se sucedieron desde entonces una voluntad firme o clara de terminar con la impunidad. Ha habido algunos amagues, algunos pequeños avances, pero lo que ha primado siempre en todo este tiempo es una voluntad de no avanzar decididamente en el crecimiento, en la búsqueda de la verdad y la justicia. Aquí los familiares de detenidos desaparecidos han reclamado a todos los gobiernos que ordenen la entrega de información sobre el destino de los desaparecidos y ningún presidente lo ha hecho, lo que habla de una absoluta falta de voluntad para encarar este tema con firmeza, con valor y con decisión.
—A la luz de los actuales discursos y políticas xenófobas, de odio y de marcos restrictivos contra personas migrantes en Occidente (Trump, Milei, Vox, Meloni), ¿qué evaluación hacés al haber sido exiliado en su momento por razones políticas? ¿Dónde radica el “debe” en cuanto a la perspectiva de derecho en torno a la movilidad humana?
—El mundo vive hoy un avance fuerte de las derechas, de ultraderecha y el fascismo. Lo vemos en Argentina con Milei, ni qué hablar de Trump, de Meloni, Vox en España. Hay algunas expresiones ya en Uruguay. Para nosotros, el avance de la derecha, de ultraderecha tiene que ver mucho también con el retroceso de las izquierdas en el mundo. Muchas izquierdas se han ido transformando en lo que se llama el progresismo en general, que son políticas “social-liberales” que, con matices, sostienen el mismo modelo neoliberal que sostiene la derecha. Y ante el corrimiento de las izquierdas hacia el centro y la derecha, la derecha se corre a la ultraderecha. Por eso nosotros, por lo menos, tenemos como un elemento central de nuestra política la reconstrucción de la izquierda de verdad, la izquierda sin adjetivo, “la izquierda”. Estas expresiones de la derecha, la ultraderecha y del fascismo tienen que ver también con un ajuste brutal del modelo capitalista en un momento de crisis muy profunda. La crisis se resuelve con guerra. Mirá lo que está pasando hoy en Palestina, el genocidio del pueblo palestino a manos del gobierno fascista de Netanyahu, la guerra en Ucrania, el genocidio en África, el saqueo al continente africano y a nuestro continente.
Esto se expresa después. Las crisis migratorias tienen que ver con el saqueo a los continentes, a los países pobres. África cruza el Mediterráneo rumbo a Europa, América del Sur camina rumbo al esquivo norte y los mismos que son responsables de esas corrientes migratorias se ponen en represores de los inmigrantes. Aquí la solución de esto es la derrota de la política del imperialismo, que cada pueblo pueda construir su mundo de justicia, de solidaridad, sin la intervención, el saqueo y la política guerrerista del imperialismo. Hoy el retroceso en los derechos migratorios tiene que ver con el avance del fascismo y de la ultraderecha. Esto ya pasó en décadas pasadas.
La lucha de los pueblos derrotó al nazismo y hoy creo que debemos reorganizar nuestras fuerzas con una perspectiva real de izquierda para poder combatir este modelo, liquidarlo y avanzar en la construcción de una sociedad más justa, más solidaria, que además hermane a los pueblos en lugar de enfrentarlos.

—A pocos días de una nueva elección en Montevideo, en la que participaste como candidato a intendente, ¿cuál debería ser el rol de las ideas y de un programa político de país para vos teniendo en cuenta el avance en América Latina de los discursos neofascistas?
Participamos en las elecciones municipales sabiendo que no teníamos ninguna chance de ganar la elección, pero participamos con la idea de colocar en el debate las ideas de la izquierda y creo que eso lo conseguimos. Nosotros colocamos en el debate la necesidad de terminar con las políticas privatizadoras o de tercerización, como se le llama ahora, que llevan a que el Estado resigne la responsabilidad sobre áreas esenciales que le toca responder. Y, además, la tercerización y privatización implica la precarización del trabajo, mayor explotación, inseguridad laboral, condiciones lamentables de trabajo. Colocamos también la necesidad de terminar con la política de concentración de la riqueza, de impulsar la distribución de la tierra, una política que desde el Estado garantice el acceso a la vivienda a los trabajadores.
Y colocamos en el debate de las elecciones departamentales también temas internacionales como el tema de Palestina y propusimos hermanar Montevideo con Gaza como una expresión clara de solidaridad con el pueblo palestino y de repudio a la política de genocidio llevada adelante por el gobierno fascista de Netanyahu con el apoyo criminal de otro fascista como es Donald Trump.
Según el relevamiento de 286 casos de ataques por razones de odio del Registro de Ataques de Derechas Argentinas Radicalizadas (RADAR), durante el período comprendido entre los años 2020 al 2024 en la República Argentina, se distinguen, desde sus propias narrativas, en: 125 de ellos por políticas contra la identidad, 87 por razones de negacionismo y apología de la dictadura, 15 por racismo y xenofobia, 81 por misoginia y antifeminismo y anti-LGBTIQNB+, 30 por nazismo, antisemitismo y supremacismo, y 8 contra medios de comunicación y periodistas.
Imagen de portada: Proclamación de la candidatura de Eduardo Rubio como candidato a la intendencia de Montevideo por Unidad Popular (2020). Foto: Radio Universal
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Comunicador popular y digital de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata. Platense de pura cepa. Poeta. Pincharrata y peronista. Con ascendencia libanesa (Jasime), española (Giner), portuguesa (Dias) y autro húngara (Iurada).