Desde la resistencia en los años más oscuros de la historia latinoamericana, hasta la presidencia “más humana” que se ha registrado en la historia reciente del Uruguay, Mujica enseñó que el poder es servicio, que la política puede tener ternura y ser una herramienta para promover Derechos, y que vivir con poco no es pobreza, sino libertad.
La bandera uruguaya a media asta flamea suavemente. El viento es escaso en Plaza Independencia. La ciudad gris está iluminada. El sol se cuela entre medio de los árboles de la Avenida 18 de Julio y sus rayos realzan los colores de las banderas que cubren espaldas. Esa calidez abraza a las cientos de personas que se acercaron a despedir a José “Pepe” Mujica, el último gran líder popular de la política uruguaya, fallecido el pasado martes.
Los aplausos comienzan y no cesan. Familias, parejas, niños y adultos. Oficinistas apurados se detienen a observar. Café en una mano, celular en la otra. Los ojos se inundan de lágrimas pero hay que seguir. Son las 10 de la mañana y el cortejo fúnebre comienza su recorrido en la Torre Ejecutiva.
“Gracias, Pepe”, se repite incansablemente en gritos, remeras y carteles. El pobre más rico rodeado de su gente. Un político que cultivó el amor y ejerció la ternura. Militante, preso político, presidente, referente y floricultor. Su vida estuvo marcada por la resistencia.
“No tengo religión, pero soy casi panteísta: admiro la naturaleza”, dijo en una entrevista con BBC Mundo en 2012. En su despedida, en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo, abundan las flores blancas y amarillas. Ramos pequeños, flores del jardín, algunas rosas rojas. La naturaleza que tanto idolatraba descansa a sus pies. Como bien resumió en una de sus frases más memorables: “en mi jardín, hace décadas que no cultivo el odio”.
En los años 60 y 70, Mujica fue miembro activo del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros, una organización guerrillera urbana que luchaba contra la dictadura cívico-militar en Uruguay. Por ese entonces, la radicalización política de la juventud marcaron a toda una generación de militantes en América Latina, en un contexto en el cual comenzaban a proliferar gobiernos dictatoriales. Más allá de algunos interregnos, tanto en Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Paraguay, Perú y Ecuador, la realidad social estuvo marcada profundamente por la vulneración de derechos.
En 1972, “Pepe” fue capturado y pasó más de una década en prisión. Tras su liberación en 1985, se dedicó a la política partidaria, siendo elegido presidente en 2010 por el Frente Amplio. Durante su mandato, promovió leyes como la legalización del matrimonio igualitario, la despenalización del aborto y la regulación del cannabis.


Una de las figuras políticas más importantes de la historia de Uruguay
Durante su presidencia demostró un fuerte compromiso con los derechos humanos y con los refugiados. En 2014 recibió a grupos de familias sirias que escapaban de la guerra civil. El objetivo del programa era abrir posibilidades a los migrantes que sufrían crisis humanitarias o conflictos armados, internos o externos.
Mujica instó a las nuevas generaciones a comprometerse con causas colectivas y a no dejarse atrapar por el consumismo. En un encuentro con estudiantes en la Universidad de Chile en 2023, afirmó: “Tenemos que juntarnos para defendernos”. Impulsó a las nuevas generaciones a pensar, a sentir, a reflexionar. A inclinar el reloj de arena para que el tiempo no pase tan rápido como el sistema impone.
Simplificó muchos enigmas en palabras claras, cotidianas, cercanas a todas las personas. Frases que llegaron tanto a quienes acordaban con él como a quienes se oponían. Reflexionó sobre el sentido de la vida, invitando a los jóvenes a dedicar tiempo a causas superiores que contribuyan al bienestar común. Subrayó la importancia de la unidad latinoamericana como respuesta a los desafíos globales.
Sus palabras siempre fueron el reflejo de sus acciones, condescendientes unas de las otras. Vivió de mates, amigos y austeridad. Rechazó los lujos, donando gran parte de su salario a causas sociales. Permitió equivocarse, reflexionar sobre sí mismo y corregirse. Y además, fue profundamente humano: “siento rabia, digo disparates, me caliento pero no puedo cultivar el odio”, dijo en una entrevista realizada en 1998 en el programa español “El perro verde”, conducido por el recordado Jesús Quintero.
Interpeló a la sociedad e insistió en empoderar a las personas como sujetos de derechos y obligaciones. Invitó al mundo a cuestionar las prioridades y a valorar la simpleza: como la solidaridad, la dignidad humana, la justicia (algo que parece simple pero resulta complejo, ya que son derechos que alrededor del mundo son vulnerados diariamente). Encontró “su causa para vivir” y en cada oportunidad que tuvo lo dejó claro.
Una despedida ejemplar
El 29 de abril de 2024 anunció que padecía un tumor en el esófago. Para tratar la enfermedad, recibió 31 sesiones de quimioterapia. Sin embargo, el 9 de enero de 2025 anunció que, debido a una metástasis en el hígado, había decidido no someterse a más tratamientos. “El guerrero tiene derecho a su descanso”, dijo en una de sus últimas apariciones públicas.
Pese a ello, la enfermedad no logró frenar su militancia. Durante 2024 estuvo presente en la campaña del entonces candidato y hoy actual presidente Yamandú Orsi y, en diciembre, recibió las visitas de los presidentes Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil) y Gustavo Petro (Colombia).
Tuvo un vínculo muy especial con su perra Manuela, que falleció en 2018, a los 22 años. El amor que ambos se tenían era puro e inigualable. Antes de su deceso, pidió que sus restos fueran cremados y descansaran junto a ella en su chacra de Rincón del Cerro, en las afueras de Montevideo.
José Alberto Mujica Cordano, más conocido como “Pepe Mujica”, falleció el 13 de mayo de 2025, a los 89 años. Sin embargo, seguirá vivo en la memoria, y en la voz de las personas que luchan infatigablemente por la justicia social y por una América Latina unida.
“No me voy, estoy llegando”, dijo, alguna vez, un hombre que nunca se irá.
Imagen de portada: Sofía Jaimez Bertazzo // Imágenes de las exequias de José Mujica: Sofía Parcesepe
También te puede interesar:
Francisco, esa mano tendida a los refugiados de Gaza que Israel eligió ignorar