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Matthew y Allan Marrero acudieron juntos al edificio federal ubicado en 26 Federal Plaza, en Manhattan —donde funcionan distintas agencias del gobierno estadounidense, entre ellas el Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE)— para una entrevista por la tarjeta de residencia permanente por matrimonio. Pero Allan nunca regresó a casa.

(Documented NY) – La historia de amor de Matthew y Allan Marrero comenzó con un “me gusta”.

Allan estaba navegando por Instagram cuando se unió a una transmisión en vivo de Matthew y un amigo en común en la que hablaban de música. Poco después, Matthew —cantautor— empezó a notar que un desconocido le daba “me gusta” y comentaba sus publicaciones.

«Es el hombre más atractivo que he conocido», pensó Matthew. «Esto no puede ser real».

Con el tiempo, Matthew le escribió. Los mensajes directos se transformaron en mensajes de texto, luego en llamadas y, finalmente, en una cita sorpresa en la cafetería de enfrente del departamento de Matthew, en Bed-Stuy.

«Durante la semana previa al Día de San Valentín, yo ya escribía en mi diario: “Este va a ser mi esposo algún día”», contó Matthew.

Tras dos años de estar en pareja, con dos perros y muchas noches bailando al ritmo de Beyoncé y Mariah Carey, se enamoraron profundamente y se casaron.

Matthew y Allan Marrero sonríen junto a sus dos perros | Foto cortesía de Matthew Marrero para Documented

Allan era ciudadano de las Islas Caimán. Así, como muchas parejas de estatus migratorio mixto antes que ellos, solicitaron la tarjeta de residencia permanente a través del matrimonio. Para prepararse, pasaron horas armando y organizando meticulosamente las fotos que documentaban su historia de amor de años, reunidas en una carpeta de casi ocho centímetros de grosor.

A fines de noviembre pasado, ambos se sentían optimistas y listos para demostrar que su matrimonio era de buena fe cuando ingresaron al edificio de 26 Federal Plaza para la entrevista con un funcionario de inmigración.

Los acompañaba su pastora, Amanda Hambrick. No le permitieron entrar con ellos, pero los vio alejarse hacia las oficinas.

«Lo siguiente que escuché fue a Matthew hiperventilando, corriendo por el pasillo, gritando y llorando: “¡Amanda, Amanda, se lo llevaron!”», relató Hambrick.

Fotografías de Allan y Matthew Marrero esparcidas sobre la cama de la pareja. El matrimonio preparó una carpeta llena de estas fotos, cartas y otros documentos para llevar a la cita judicial de Allan, con el fin de mostrar su vida y su comunidad en Estados Unidos | Foto: Corrie Aune para Documented

Los Marrero forman parte de un número creciente de parejas compuestas por ciudadanos estadounidenses y personas migrantes que son separadas durante las entrevistas para obtener la residencia permanente por matrimonio.

Según un informe de la Asociación Estadounidense de Abogados de Inmigración (AILA), se ha registrado un aumento de las detenciones de familiares no ciudadanos de personas estadounidenses durante estas entrevistas, incluso en casos en los que podrían ser elegibles para la residencia permanente.

En la ciudad de Nueva York, este tipo de arrestos ha sido menos frecuente. Sin embargo, como Allan tenía una orden de expulsión —que desconocía—, quedó especialmente expuesto en un contexto en el que las entrevistas del USCIS se han convertido en un «terreno de caza», explicó Hasan Shafiqullah, de Legal Aid Society. Bajo administraciones anteriores, probablemente le habrían permitido regresar a su casa para resolver el problema antes de volver, coincidieron Shafiqullah y el equipo de los Marrero en Make the Road.

Fotografías de Allan y Matthew en su departamento de Brooklyn | Foto: Corrie Aune para Documented

Matthew contó a Documented que el arresto de su esposo le resultó injusto y «cruel», y que no es cierto que la administración esté deteniendo a «lo peor de lo peor».

«Nuestro amor no merece esto. Y estar [en detención migratoria] junto a todas esas personas que solo quieren ver a sus familias tampoco lo merecen. Es repugnante», dijo Matthew.

Ni el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), que arrestó a Allan, ni el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS), que entrevistó a la pareja, respondieron de inmediato a una solicitud de comentarios sobre el caso.

Una foto de infancia de Allan Marrero (centro), quien creció en las Islas Caimán. A su izquierda se sienta su abuela. Matthew cuenta que la abuela de Allan siempre lo animó a ‘ser él mismo’ y a perseguir su sueño de mudarse a Estados Unidos | Foto: Corrie Aune para Documented

Allan, originario de las Islas Caimán, ingresó a Estados Unidos en 2013 con una visa y solicitó asilo de inmediato por temor a ser perseguido como miembro de la comunidad LGBTQ+. De acuerdo con su familia y su equipo legal, ha asistido a audiencias en tribunales de inmigración, trabajó en el sector hotelero, pagó impuestos y no tiene antecedentes penales.

Actualmente se encuentra detenido en el centro de detención Delaney Hall, en Newark, donde tiene dificultades para recibir su medicación diaria y ha sido insultado con expresiones homofóbicas por otros detenidos debido a que lleva las uñas de los pies pintadas.

Desde el arresto de Allan, ocurrido el lunes pasado, la pareja libra una batalla acompañada por la solidaridad de su comunidad religiosa. Luchan por la salud y la seguridad de Allan en detención, por reactivar su caso de asilo y por lograr que pueda regresar a casa antes de Navidad.

«El plan era: hacer la entrevista, volver a Connecticut para ver a la familia, celebrar, ir a ver Wicked y festejar el cumpleaños de mi papá [fallecido]», contó Matthew. «Todo eso se hizo añicos».

La entrevista

La pareja llevaba casada cerca de dos años cuando decidió solicitar la tarjeta de residencia permanente para Allan. Disfrutaban de la vida de recién casados: cantaban canciones pop a dúo en el departamento y Allan se hizo su primer tatuaje, un corazón azul y violeta, los colores de los trajes que usaron en su boda.

«A veces, cuando llego a casa, él ya tiene la música puesta, me agarra y empezamos a bailar», relató Matthew. «Los perros se entusiasman y bailamos por todo el departamento».

Una fotografía enmarcada de Allan y Matthew Marrero besándose se encuentra sobre una mesa de madera en su apartamento de Brooklyn | Foto: Corrie Aune para Documented

Pero Allan quería estudiar enfermería, y contar con la residencia permanente les permitiría acceder a ayuda financiera. Así, reunieron los miles de dólares necesarios para presentar la solicitud sin abogado.

Además de preparar la carpeta con documentación, pidieron ayuda y oraciones a su iglesia, Middle Church. En 26 Federal Plaza también invocaron la memoria de la abuela de Allan, quien lo crió, y del padre de Matthew, fallecido recientemente, contó Hambrick. Pero todo se torció apenas avanzaron por el pasillo y cruzaron la puerta de la oficina.

Matthew Marrero muestra una página de su diario que llevó en las primeras etapas de su relación con Allan. La entrada dice: ‘¡Estoy románticamente desconcertado por cómo este hermoso hombre con el que acabo de empezar a hablar me ha dado un vuelco completo con visiones de matrimonio! ¡De un futuro! ¿Estoy loco? Espero que no’ | Foto: Corrie Aune para Documented

La funcionaria de inmigración le ordenó a Matthew que se sentara contra la pared, lejos de su esposo, y comenzó a interrogarlos sobre su relación.

«¿Entienden que un juez ordenó la expulsión de su esposo de este país?», preguntó. Les informó que Allan había faltado a una audiencia judicial y que, por ese motivo, se había dictado la orden de expulsión. Allan rompió en llanto.

Al principio, la funcionaria pareció dispuesta a ser indulgente, recordó Matthew. Les dijo que podía llamar a ICE, pero que no lo haría, y que debían contactar de inmediato a un abogado de inmigración. Ambos estaban «emocionalmente devastados», pero agradecidos.

Más tarde, sin embargo, se retractó y señaló que no podía protegerlos fuera de su oficina.

«Lo que me persigue desde entonces es que, al salir, la mujer nos dijo: “Que tengan un excelente día”».

Apenas salieron, fueron entregados a dos agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Allan fue detenido en el acto y trasladado rápidamente a Nueva Jersey.

Según su familia, amistades y equipo legal, Allan no recibió la notificación de su última audiencia judicial porque en ese momento vivía en un centro de rehabilitación. En situaciones así, los agentes cuentan con margen de discreción y la detención no es necesariamente automática, explicó Kate Angustia, supervisora y asesora de práctica de la Asociación Estadounidense de Abogados de Inmigración.

«Parece que aprovechan cualquier oportunidad para justificarlo como una medida para mantener seguro al país, pero en realidad están arrastrando al sistema a muchas personas que no deberían estar allí», afirmó Angustia.

Una lucha por la libertad

Desde la detención de Allan, la comunidad de la pareja se movilizó. Su familia creó una página en GoFundMe para recaudar fondos destinados a gastos legales, compras en la tienda interna del centro de detención y visitas.

La iglesia también se organizó. Uno de sus miembros contactó a representantes electos locales para conseguir un abogado pro bono (es decir, un letrado que ofrece sus servicios legales de forma gratuita o a muy bajo costo), quien presentó una solicitud para reabrir el caso de Allan, lo que evitó su deportación automática mientras se resuelve la situación.

El martes, Make the Road difundió una petición pública para exigir la liberación de Allan.

Mientras tanto, Allan tiene dificultades para recibir la medicación adecuada y a tiempo, incluidos sus antidepresivos. Los médicos del centro intentan reducirle gradualmente algunos fármacos que sus propios médicos externos consideran necesarios para su salud mental. Además, por cuestiones de horarios, Allan ha tenido que elegir entre recibir sus medicamentos, comer o recibir visitas, explicó Matthew.

Allan logró recibir dinero para llamar a su familia y amistades, pero hasta el lunes no había recibido los artículos que había pedido en la tienda interna, como toallas y medias para cubrirse los dedos de los pies pintados. Con cada visita, contó Matthew, su estado de ánimo se vuelve más sombrío.

Antes del arresto de Allan, la pareja solía pasar tiempo junta en estas sillas, bebiendo café, comiendo y conversando | Foto: Corrie Aune para Documented

Durante la visita del domingo, Allan le relató que se produjo una pelea en la habitación en la que se encontraba —en la que él no participó—, hubo sangre y varios detenidos quedaron bajo encierro.

«De a poco se está quebrando», dijo Matthew. «Siguen jugando con su medicación».

La abogada de la pareja, Alexandra Rizio, afirmó a Documented que considera que Allan es elegible para obtener la tarjeta de residencia permanente. No obstante, señaló que intenta preparar a la pareja para atravesar varias semanas de detención «injusta» mientras esperan la decisión del juez y, con suerte, puedan regularizar su situación migratoria.

Para Matthew, el objetivo es simple: «Deseo con todo mi corazón poder traer a mi esposo de vuelta a casa. Espero y rezo para que pueda salir antes de las fiestas».


Artículo original publicado en Documented NYA New York Marriage is Torn Apart by ICE

Imagen de portada: Matthew Marrero en su departamento de Brooklyn el lunes 1 de diciembre de 2025, siete días después de que su esposo, Allan, fuera detenido por el ICE | Foto: Corrie Aune para Documented.

Traducción: Daniel Gomez Alaniz y Maximiliano Mendoza


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Eileen Grench escribe sobre la aplicación de leyes y políticas migratorias para Documented. Anteriormente, se dedicó a cubrir el impacto de los sistemas de justicia penal y migratorio en comunidades de la ciudad de Nueva York, Houston y otras regiones.
También se desempeñó como becaria en periodismo de investigación en el Global Migration Project, desde donde publicó reportajes en medios como The New Yorker, The Intercept, The Nation y Documented. Fue finalista del Livingston Award 2021 por su cobertura de las desigualdades en el sistema de protección de la infancia y ganó el Front Page Award del Newswomen’s Club of New York en la categoría de periodismo de investigación local. Es graduada de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia y, además, es esgrimista olímpica que representa a Panamá.


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