La serie Mo, creada y protagonizada por el humorista palestino-estadounidense Mohammed Amer, retrata la experiencia de la diáspora palestina en Estados Unidos. Con humor no exento de dramatismo, expone el desarraigo provocado por la ocupación israelí y la memoria de un pueblo que resiste en el exilio.
(No contiene spoilers) La Grecia Clásica encontró en la palabra civitio una manera de definir el vínculo del ser humano con una comunidad, y el sentido de pertenencia que genera el individuo con un colectivo. El sentimiento de una persona no solo se expresa en la relación con los pares, sino también con la tierra y el entorno que la rodea.
Siglos después, Yi-Fu Tuan desarrolló el concepto de topofilia. El escritor y geógrafo chino-estadounidense entendió que la manera de vincularse de una persona no solo emerge en una relación con otro humano. La tierra, el espacio, los detalles del contexto y la comunidad componen la pertenencia que el sujeto elabora en su ser.
La serie Mo es un relato efervescente que grafica con gran talento la topofilia de una familia que, aunque pueda encontrar el porvenir en otras latitudes, siempre tendrá su alma rondando un punto específico en el mapa, ese que los crió y que se encuentra a miles de kilómetros de distancia.
El título de la serie estrenada en Netflix en 2022 responde al sobrenombre del protagonista, Mohammed Najjar, quien vive una historia de desarraigo junto a su hermano, su hermana, y su madre, junto a la ausencia de su padre ya fallecido. El realizador y actor principal (Mohammed Amer) logra plasmar en la pantalla la historia de su vida real sin que sea exclusivamente personal, sino incluyendo al espectador en cada escena, haciéndolo parte de sus felicidades, sus pesares, sus culpas y sus consagraciones.

La familia palestina se radica en Houston, Texas, Estados Unidos, pero en todo momento mira hacia Medio Oriente, donde la causa de su pueblo se ve enfrentada constantemente con Israel. Mo se adapta a la vida norteamericana, pero los recuerdos de su padre persisten en su conciencia. La memoria viva, junto a la presencia de su sufrida madre, logra mantenerlo con la atención en su tierra.
La historia es narrada con un perfecto maridaje entre el humor y el drama que viven los palestinos desterrados, y que fueron sometidos a una diáspora que los desperdigó alrededor del mundo. En cada cuadro de la serie se percibe una producción que habla de Palestina hecha por palestinos, y no una imitación estadounidense que trata el tema con una mirada separada y condescendiente.
En situaciones de la vida diaria se pueden ver los obstáculos y el desprecio que sufre la familia: indocumentación, inestabilidad laboral, revictimización, estigmatización por su origen árabe, etc. Por ejemplo, Mo llega a ver a un perro con pasaporte, algo que a él no le dan pese a que lleva más de dos décadas en los Estados Unidos. No obstante, en todo momento se evita la victimización moral, y hay una autocrítica por el accionar personal de cada uno, principalmente del protagonista.
Además de reflejar la parte negativa, la serie pone en evidencia las bondades de la sociedad que los rodea y del país que los recibe que, al fin y al cabo, les da cobijo. Pese a los defectos de una sociedad, Hamoodi, como también lo llama su madre (la actriz Farah Bsieso) a Mo, encuentra amigos y amor en María, una mujer mexicana (que encarna Teresa Ruiz) con marcadas diferencias culturales en Houston, ciudad a la que él llegó con Hakeem Olajuwon como ejemplo de vida.

La trama y el guion nunca caen en la solemnidad simple. Con un claro posicionamiento a favor de la causa palestina, la serie busca sensibilizar sobre la situación que se vive en Cisjordania y la franja de Gaza, además del padecimiento de los palestinos desterrados.
El mismo aprecio con el que el realizador cuenta su historia también se puede percibir en el uso de la cámara. Aunque la historia no se desarrolla en un paisaje deslumbrante, cada segundo de la serie parece dejar algo para admirar. El casting apuntó a actores cuyas historias de vida tuvieran una relación con el personaje que les tocó interpretar, y sus palabras se sienten auténticas y enérgicas.
La visión de la causa palestina desde un exilio en Estados Unidos
Mohammed Najjar nació en Kuwait pero no es kuwaití, es palestino. En Estados Unidos se lo dicen con claridad: “eres un apátrida”. La historia del protagonista y su familia es la misma que viven entre 150.000 y 250.000 palestinos radicados en Estados Unidos, según estimaciones del Institute for Palestine Studies.
No es sencillo precisar el número de palestinos que viven en el país norteamericano, ya que el Estado no reconoce la nacionalidad palestina en todos los casos. Pese a que muchos de ellos no nacieron en Cisjordania o Gaza, mantienen una profunda consciencia de sus orígenes y reivindican permanentemente su causa gracias a la herencia que se transmite de generación en generación, según manifiesta el citado instituto y se puede observar en Mo.
Por más consciencia que tengan los palestinos radicados en Estados Unidos, los 10.000 kilómetros que hay entre ambos países ponen una barrera a la realidad diaria que viven sus compatriotas. La conexión y representación de esa vida en Mo se evidencia a través de los recuerdos del protagonista y del presente de los parientes que sufren la ocupación israelí.

La serie representa el accionar de los colonos y su crueldad contra los palestinos. Sin embargo, la historia transcurre en la previa del ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023, por lo que no llega a evidenciar el genocidio que se recrudeció posteriormente. La situación actual en la franja de Gaza acaba de ser calificada como “crimen de guerra” por el alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, refiriéndose precisamente a la hambruna que lleva a la muerte por inanición a miles de palestinos.
En definitiva, Mo eleva la discusión sobre el conflicto palestino-israelí desde el humor, una historia de vida y el reflejo del drama real que se vive en la región. La narrativa cuenta con una postura evidente, pero descubierta a través de situaciones de la vida diaria y no solo por opiniones particulares. Los crímenes de guerra, denunciados desde hace tiempo por organismos como la ONU, se viven en carne propia por los personajes de la serie.
Mohammed Amer consiguió reflejar su vida como refugiado palestino en Estados Unidos relatando una historia que hace parte a cualquier espectador. El humor como arma de denuncia y de autocrítica permite amenizar el drama para la audiencia, pero sin banalización ni menosprecio del tema, lo que consagra un gran producto artístico.
Imagen de portada: Netflix/IMDb. El copyright de las imágenes, póster, carátula, fotografías y fotogramas de cada DVD, VOD y/o Blu-ray pertenece a sus respectivos autores, productoras y/o distribuidoras.
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Periodista y redactor. Reside en Córdoba Capital. Nacido en Río Tercero, es descendiente de italianos que llegaron a Argentina a principios del siglo XX.