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Desde mediados del siglo XX, el flujo migratorio en Argentina es profundamente latinoamericano. El protagonismo que antes tenían los flujos migratorios europeos dio paso a un movimiento principalmente regional, encabezado por los países limítrofes y otras naciones de América Latina.

Según el Censo Nacional 2022, 1.933.463 personas nacidas en el extranjero residen actualmente en el país, lo que representa el 4,2% de la población total. Aunque pueda parecer un número reducido, detrás de cada número hay una historia de desplazamiento, de adaptación y afectos interrumpidos. Como cuenta Angélica, migrante peruana: “Me aventuré, me agarré lo que tenía y me vine. Traje una valija nada más. Dejé a mi hijo en Perú porque tenía que terminar sus estudios, y vine sola en micro”. Según el CONICET, Argentina es de hecho uno de los países que más inmigrantes recibe de toda América Latina y el Caribe.

En la provincia de Buenos Aires, los datos del Ministerio de Gobierno muestran que el colectivo de origen paraguayo es el más numeroso, representando el 39% del total de personas extranjeras. El segundo colectivo en cantidad de habitantes corresponde a Bolivia, con el 16,3%; seguido de Perú con el 7,7%, Uruguay con el 5,7% y Venezuela con el 5,3%. Estos datos muestran la prevalencia de la migración proveniente de la región y, especialmente, la importancia de la presencia de personas de origen paraguayo en la provincia.

Hoy, la mayor parte de la población migrante se asienta en áreas urbanas, donde las oportunidades laborales, el acceso a servicios y la presencia de redes comunitarias facilitan tanto la llegada como la integración. El Área Metropolitana de Buenos Aires continúa siendo el principal polo de recepción. Municipios como La Matanza, La Plata, Quilmes, Lomas de Zamora y General San Martín concentran una parte significativa de estas comunidades y funcionan como nodos clave para su inserción social, económica y cotidiana. A esto se suman provincias fronterizas como Mendoza, Salta y Jujuy, que también reciben de manera sostenida nuevos flujos migratorios.

Para muchas personas, el primer contacto con el país suele ser una mezcla de incertidumbre y asombro. Ana, que llegó desde Bolivia en 2009, recuerda que “primero llegué a Salta y me impresionaron los cerros, lo coloridas que eran las montañas, parecían talladas. Después entré a Córdoba, donde también el paisaje era muy lindo, con copas de árboles gigantes. Y la gente es muy hospitalaria y acogedora; creo que por eso me quedé”. Para aquellos que llegan directamente a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la impresión suele ser más intensa, más histriónica: “lo difícil de migrar a una gran ciudad fue el shock cultural, el movimiento, la ansiedad, el ruido y los ritmos”, cuenta Jesús, que viene de un pequeño pueblo venezolano.

Trabajo e inserción

Según los informes recientes de la OIM, la OIT y OISS, los patrones de inserción laboral de los migrantes en Argentina varían según cada comunidad, aunque todos comparten altos niveles de informalidad. Aproximadamente, dos de cada tres migrantes ocupados en Argentina tienen empleos informales, ya sea como asalariados no registrados o por cuenta propia. Muchas de estas personas enfrentan barreras como la falta de documentación legal para acceder a empleos formales.

Las trayectorias laborales suelen estar atravesadas por reconversiones forzadas. “En Perú yo trabajaba en talleres de costura, en confección. Y acá fui trabajadora doméstica y tuve que hacer trabajo de limpieza”, relata Angélica. Lo mismo ocurre con Edwin —un músico venezolano que emigró en 2017—, quien por muchos meses no logró encontrar un empleo formal por falta de documentación. “Trabajé de lo que pude porque conseguir la documentación es difícil y muy caro. Estuve un tiempo en gastronomía y supermercados chinos trabajando, que no me pedían papeles”, recuerda.

En el caso de las comunidades paraguayas y bolivianas, muchos migrantes se insertan en sectores como la construcción, el trabajo doméstico, la horticultura y la industria textil. Se trata de oficios esenciales pero que están atravesados por la informalidad y la precarización. En la colectividad peruana, como muestran estudios de la OIM, es común ver trayectorias vinculadas a la gastronomía, tareas de cuidado, comercio y servicios, aunque el acceso a empleos formales y a la seguridad social sigue siendo un desafío.

Por su parte, la población venezolana, pese a tener en muchos casos niveles educativos altos, enfrenta un fuerte desajuste entre formación y empleo, es decir, entre lo que se estudió y los trabajos a los que se pueden acceder. Por eso, como menciona la especialista en estudios migratorios e inserción Linares (2021), muchos terminan en atención al público, delivery, call centers o actividades autónomas. Con todo esto, las condiciones estructurales del mercado laboral argentino marcado por la informalidad, la inestabilidad económica y la baja protección social —junto con las barreras administrativas y el escaso reconocimiento de títulos extranjeros—, restringen las posibilidades de crecimiento profesional.

Por otro lado, el Censo 2022 también evidencia transformaciones demográficas importantes. En particular, revela una composición mayoritariamente femenina dentro de la población migrante (54,3%), especialmente entre las comunidades paraguaya, peruana y venezolana. Este proceso de feminización de la migración, estudiado por ONU Mujeres, se traduce en una fuerte inserción laboral en los sectores de cuidados —trabajo doméstico, acompañamiento de personas mayores, tareas de limpieza— históricamente sostenido por mujeres migrantes en condiciones de informalidad o precariedad laboral.

Angélica recuerda que su primer empleo como trabajadora doméstica en Buenos Aires fue “muy físico”, distante de la costura a la que estaba acostumbrada en Perú. “Pasé hambre las primeras semanas. Me replanteé haber dejado mi país cuando no estaba comiendo bien acá, pero luego me acomodé”. Su experiencia refleja los sacrificios iniciales que muchas mujeres afrontan en su búsqueda de estabilidad y autonomía en un nuevo país. Muchas veces, estos empleos se consiguen a través de redes personales que funcionan como sostén y puerta de entrada al mercado laboral. “Conseguí trabajo gracias a una amiga mía, que además me buscó por la estación de bus cuando llegué y me acogió en su casa las primeras semanas, fue una bendición”, concluye.

Nuevos flujos migratorios

Según los resultados del último censo, casi la mitad de las personas migrantes que residen en Argentina provienen de Paraguay y Bolivia, que en conjunto representan más del 44% de quienes nacieron en el exterior. Pero el cambio más relevante de los últimos años es la irrupción de Venezuela como nuevo origen principal. El país se posicionó por primera vez en el tercer lugar entre las comunidades extranjeras residentes. Este crecimiento está directamente vinculado al éxodo provocado por la prolongada crisis política, económica y humanitaria que atraviesa ese país. ACNUR y la OIM estiman que más de 7,7 millones de personas dejaron Venezuela desde 2015, uno de los desplazamientos más grandes del siglo. Argentina, aunque en menor escala que los países andinos, pasó a formar parte de esta red de acogida, especialmente para jóvenes adultos, profesionales y estudiantes universitarios.

Para muchos venezolanos, ese tránsito implica reconstruir una identidad. Jesús, que viajó por tierra desde los Andes venezolanos, cuenta que “yo venía de un pueblo de 30 calles, tranquilo y educado, y tuve que convertirme en otra persona para poder hablar con los porteños”. Hablar de la migración y de su llegada al país todavía le duele, porque significa revivir momentos en familia que quedaron atrás. “Eso es lo que pasa entre los inmigrantes: nos ayudamos entre todos porque no tenemos a nadie que nos salve. No tenemos familia”, afirma.

Por otro lado, un capítulo particular dentro de los nuevos flujos lo constituyen las familias rusas y ucranianas que comenzaron a llegar al país a partir de 2022, tras el conflicto armado. Así, Argentina emergió como un destino inesperado para familias rusas y ucranianas que buscan rehacer su vida en un contexto internacional intranquilo. Según investigaciones de Reuters, entre 2022 y 2023, miles de ciudadanos rusos obtuvieron permisos de residencia en Argentina. Muchos pertenecen a sectores medios con capacidad económica para migrar y, en algunos casos, motivados también por la posibilidad de que sus hijos nazcan en territorio argentino y obtener automáticamente la ciudadanía, un derecho garantizado por el ius soli.

Igor, un ruso que vive en Argentina desde hace dos décadas, ayuda a poner en perspectiva este nuevo flujo al señalar que “casi todos los rusos que vienen tienen formación académica superior o técnica. La educación en la URSS fue siempre muy exigente. Hoy, tras la guerra entre Rusia y Ucrania, llegaron primero los rusos que no querían ir a la guerra o estaban en contra, y ahora también están llegando muchos ucranianos. Y casi todos son jóvenes adultos”.

Hoy en día, la llegada de rusos empieza a notarse en las aulas de las escuelas. Para 2023, según el medio Infobae, se reportaba una inscripción masiva de niños y niñas rusas en escuelas del AMBA, muchas de las cuales debieron adaptarse a recibir estudiantes que no hablaban español ni conocían el sistema educativo local. Esta situación impulsa a las instituciones escolares a desplegar estrategias de inclusión lingüística y cultural, en algunos casos con el apoyo de comunidades migrantes ya instaladas, mostrando que la integración se construye también en los espacios cotidianos donde se aprende y se convive.

Retos de integración y mirada hacia el futuro

Como plantea Allega (2021), la Ley Nº25.871 de Migraciones —sancionada en 2003— marcó un cambio de paradigma al consolidar a la Argentina como un país con un marco normativo de vanguardia en materia migratoria. La norma reconoce a la migración como un derecho humano, afirmando que “el derecho a migrar es esencial e inalienable a la persona” y que el Estado debe “asegurar el acceso igualitario a los inmigrantes y sus familias en las mismas condiciones de protección, amparo y derechos de los que gozan los nacionales”. Sin embargo, la brecha entre el texto legal y la implementación efectiva sigue siendo un desafío.

Más de veinte años después de su sanción, los avances normativos no siempre se traducen en prácticas cotidianas. Hay informes, como el publicado por la OIM en 2023, que advierten que muchos migrantes aún tropiezan con trámites interminables, falta de información y respuestas institucionales fragmentadas. En la letra, todos tienen el mismo derecho a la justicia, a la salud o al trabajo; pero en la práctica, la posibilidad de ejercer esos derechos suele estar condicionada por quién lo reclama.

Además, los cambios en políticas migratorias por parte del gobierno de Javier Milei trajeron consigo reformas económicas y sociales para la población extranjera. Desde que asumió su puesto, el presidente promovió una visión más restrictiva en relación al ingreso y permanencia de personas migrantes en el país. En esa línea, aprobó el Decreto 584/2024, que incrementa significativamente las tasas migratorias para acceder a la residencia temporal o permanente, y modifica los aranceles de distintos trámites administrativos. Además, el Decreto 366/2025, que introdujo restricciones vinculadas a los plazos y condiciones de permanencia, reforzando los mecanismos de expulsión por causas administrativas. La normativa también limita el acceso de personas extranjeras a servicios públicos como la salud y la educación superior. Esto profundiza el cambio de enfoque en la política migratoria argentina, históricamente reconocida por su carácter inclusivo y de derechos.

En este contexto, la integración no puede entenderse únicamente en términos económicos o legales. También implica una dimensión social y simbólica. El trabajo conjunto entre el INADI y la OIM, a través de campañas de visibilización y prevención de la discriminación hacia personas migrantes, refleja un esfuerzo por abordar las raíces culturales de la exclusión. Reconocer al migrante no solo como trabajador o sujeto de derechos, sino como parte activa del entramado social y parte fundamental en la construcción de la identidad argentina, implica entender que la integración plena no se logra solo con leyes o empleo, sino con el reconocimiento cotidiano de su aporte cultural, humano y colectivo al país.

Entender la migración en Argentina implica reconocer que el país siempre se construyó en movimiento. Y en un contexto donde la migración suele politizarse o instrumentalizarse, recuperar una mirada más humana resulta esencial. En palabras de Gabriela, migrante paraguaya que acompaña jóvenes adultos de su comunidad a terminar sus estudios en Buenos Aires, “somos migrantes, por algo migramos. Poca es la gente que migra porque quiere. Nosotros pasamos por discursos familiares, por pobreza, por heridas y por exclusiones del sistema educativo”.

sDesde mediados del siglo XX, el flujo migratorio en Argentina es profundamente latinoamericano. El protagonismo que antes tenían los flujos migratorios europeos dio paso a un movimiento principalmente regional, encabezado por los países limítrofes y otras naciones de América Latina.

Según el Censo Nacional 2022, 1.933.463 personas nacidas en el extranjero residen actualmente en el país, lo que representa el 4,2% de la población total. Aunque pueda parecer un número reducido, detrás de cada número hay una historia de desplazamiento, de adaptación y afectos interrumpidos. Como cuenta Angélica, migrante peruana: “Me aventuré, me agarré lo que tenía y me vine. Traje una valija nada más. Dejé a mi hijo en Perú porque tenía que terminar sus estudios, y vine sola en micro”. Según el CONICET, Argentina es de hecho uno de los países que más inmigrantes recibe de toda América Latina y el Caribe.

En la provincia de Buenos Aires, los datos del Ministerio de Gobierno muestran que el colectivo de origen paraguayo es el más numeroso, representando el 39% del total de personas extranjeras. El segundo colectivo en cantidad de habitantes corresponde a Bolivia, con el 16,3%; seguido de Perú con el 7,7%, Uruguay con el 5,7% y Venezuela con el 5,3%. Estos datos muestran la prevalencia de la migración proveniente de la región y, especialmente, la importancia de la presencia de personas de origen paraguayo en la provincia.

Hoy, la mayor parte de la población migrante se asienta en áreas urbanas, donde las oportunidades laborales, el acceso a servicios y la presencia de redes comunitarias facilitan tanto la llegada como la integración. El Área Metropolitana de Buenos Aires continúa siendo el principal polo de recepción. Municipios como La Matanza, La Plata, Quilmes, Lomas de Zamora y General San Martín concentran una parte significativa de estas comunidades y funcionan como nodos clave para su inserción social, económica y cotidiana. A esto se suman provincias fronterizas como Mendoza, Salta y Jujuy, que también reciben de manera sostenida nuevos flujos migratorios.

Para muchas personas, el primer contacto con el país suele ser una mezcla de incertidumbre y asombro. Ana, que llegó desde Bolivia en 2009, recuerda que “primero llegué a Salta y me impresionaron los cerros, lo coloridas que eran las montañas, parecían talladas. Después entré a Córdoba, donde también el paisaje era muy lindo, con copas de árboles gigantes. Y la gente es muy hospitalaria y acogedora; creo que por eso me quedé”. Para aquellos que llegan directamente a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la impresión suele ser más intensa, más histriónica: “lo difícil de migrar a una gran ciudad fue el shock cultural, el movimiento, la ansiedad, el ruido y los ritmos”, cuenta Jesús, que viene de un pequeño pueblo venezolano.

Trabajo e inserción

Según los informes recientes de la OIM, la OIT y OISS, los patrones de inserción laboral de los migrantes en Argentina varían según cada comunidad, aunque todos comparten altos niveles de informalidad. Aproximadamente, dos de cada tres migrantes ocupados en Argentina tienen empleos informales, ya sea como asalariados no registrados o por cuenta propia. Muchas de estas personas enfrentan barreras como la falta de documentación legal para acceder a empleos formales.

Las trayectorias laborales suelen estar atravesadas por reconversiones forzadas. “En Perú yo trabajaba en talleres de costura, en confección. Y acá fui trabajadora doméstica y tuve que hacer trabajo de limpieza”, relata Angélica. Lo mismo ocurre con Edwin —un músico venezolano que emigró en 2017—, quien por muchos meses no logró encontrar un empleo formal por falta de documentación. “Trabajé de lo que pude porque conseguir la documentación es difícil y muy caro. Estuve un tiempo en gastronomía y supermercados chinos trabajando, que no me pedían papeles”, recuerda.

En el caso de las comunidades paraguayas y bolivianas, muchos migrantes se insertan en sectores como la construcción, el trabajo doméstico, la horticultura y la industria textil. Se trata de oficios esenciales pero que están atravesados por la informalidad y la precarización. En la colectividad peruana, como muestran estudios de la OIM, es común ver trayectorias vinculadas a la gastronomía, tareas de cuidado, comercio y servicios, aunque el acceso a empleos formales y a la seguridad social sigue siendo un desafío.

Por su parte, la población venezolana, pese a tener en muchos casos niveles educativos altos, enfrenta un fuerte desajuste entre formación y empleo, es decir, entre lo que se estudió y los trabajos a los que se pueden acceder. Por eso, como menciona la especialista en estudios migratorios e inserción Linares (2021), muchos terminan en atención al público, delivery, call centers o actividades autónomas. Con todo esto, las condiciones estructurales del mercado laboral argentino marcado por la informalidad, la inestabilidad económica y la baja protección social —junto con las barreras administrativas y el escaso reconocimiento de títulos extranjeros—, restringen las posibilidades de crecimiento profesional.

Por otro lado, el Censo 2022 también evidencia transformaciones demográficas importantes. En particular, revela una composición mayoritariamente femenina dentro de la población migrante (54,3%), especialmente entre las comunidades paraguaya, peruana y venezolana. Este proceso de feminización de la migración, estudiado por ONU Mujeres, se traduce en una fuerte inserción laboral en los sectores de cuidados —trabajo doméstico, acompañamiento de personas mayores, tareas de limpieza— históricamente sostenido por mujeres migrantes en condiciones de informalidad o precariedad laboral.

Angélica recuerda que su primer empleo como trabajadora doméstica en Buenos Aires fue “muy físico”, distante de la costura a la que estaba acostumbrada en Perú. “Pasé hambre las primeras semanas. Me replanteé haber dejado mi país cuando no estaba comiendo bien acá, pero luego me acomodé”. Su experiencia refleja los sacrificios iniciales que muchas mujeres afrontan en su búsqueda de estabilidad y autonomía en un nuevo país. Muchas veces, estos empleos se consiguen a través de redes personales que funcionan como sostén y puerta de entrada al mercado laboral. “Conseguí trabajo gracias a una amiga mía, que además me buscó por la estación de bus cuando llegué y me acogió en su casa las primeras semanas, fue una bendición”, concluye.

Nuevos flujos migratorios

Según los resultados del último censo, casi la mitad de las personas migrantes que residen en Argentina provienen de Paraguay y Bolivia, que en conjunto representan más del 44% de quienes nacieron en el exterior. Pero el cambio más relevante de los últimos años es la irrupción de Venezuela como nuevo origen principal. El país se posicionó por primera vez en el tercer lugar entre las comunidades extranjeras residentes. Este crecimiento está directamente vinculado al éxodo provocado por la prolongada crisis política, económica y humanitaria que atraviesa ese país. ACNUR y la OIM estiman que más de 7,7 millones de personas dejaron Venezuela desde 2015, uno de los desplazamientos más grandes del siglo. Argentina, aunque en menor escala que los países andinos, pasó a formar parte de esta red de acogida, especialmente para jóvenes adultos, profesionales y estudiantes universitarios.

Para muchos venezolanos, ese tránsito implica reconstruir una identidad. Jesús, que viajó por tierra desde los Andes venezolanos, cuenta que “yo venía de un pueblo de 30 calles, tranquilo y educado, y tuve que convertirme en otra persona para poder hablar con los porteños”. Hablar de la migración y de su llegada al país todavía le duele, porque significa revivir momentos en familia que quedaron atrás. “Eso es lo que pasa entre los inmigrantes: nos ayudamos entre todos porque no tenemos a nadie que nos salve. No tenemos familia”, afirma.

Por otro lado, un capítulo particular dentro de los nuevos flujos lo constituyen las familias rusas y ucranianas que comenzaron a llegar al país a partir de 2022, tras el conflicto armado. Así, Argentina emergió como un destino inesperado para familias rusas y ucranianas que buscan rehacer su vida en un contexto internacional intranquilo. Según investigaciones de Reuters, entre 2022 y 2023, miles de ciudadanos rusos obtuvieron permisos de residencia en Argentina. Muchos pertenecen a sectores medios con capacidad económica para migrar y, en algunos casos, motivados también por la posibilidad de que sus hijos nazcan en territorio argentino y obtener automáticamente la ciudadanía, un derecho garantizado por el ius soli.

Igor, un ruso que vive en Argentina desde hace dos décadas, ayuda a poner en perspectiva este nuevo flujo al señalar que “casi todos los rusos que vienen tienen formación académica superior o técnica. La educación en la URSS fue siempre muy exigente. Hoy, tras la guerra entre Rusia y Ucrania, llegaron primero los rusos que no querían ir a la guerra o estaban en contra, y ahora también están llegando muchos ucranianos. Y casi todos son jóvenes adultos”.

Hoy en día, la llegada de rusos empieza a notarse en las aulas de las escuelas. Para 2023, según el medio Infobae, se reportaba una inscripción masiva de niños y niñas rusas en escuelas del AMBA, muchas de las cuales debieron adaptarse a recibir estudiantes que no hablaban español ni conocían el sistema educativo local. Esta situación impulsa a las instituciones escolares a desplegar estrategias de inclusión lingüística y cultural, en algunos casos con el apoyo de comunidades migrantes ya instaladas, mostrando que la integración se construye también en los espacios cotidianos donde se aprende y se convive.

Retos de integración y mirada hacia el futuro

Como plantea Allega (2021), la Ley Nº25.871 de Migraciones —sancionada en 2003— marcó un cambio de paradigma al consolidar a la Argentina como un país con un marco normativo de vanguardia en materia migratoria. La norma reconoce a la migración como un derecho humano, afirmando que “el derecho a migrar es esencial e inalienable a la persona” y que el Estado debe “asegurar el acceso igualitario a los inmigrantes y sus familias en las mismas condiciones de protección, amparo y derechos de los que gozan los nacionales”. Sin embargo, la brecha entre el texto legal y la implementación efectiva sigue siendo un desafío.

Más de veinte años después de su sanción, los avances normativos no siempre se traducen en prácticas cotidianas. Hay informes, como el publicado por la OIM en 2023, que advierten que muchos migrantes aún tropiezan con trámites interminables, falta de información y respuestas institucionales fragmentadas. En la letra, todos tienen el mismo derecho a la justicia, a la salud o al trabajo; pero en la práctica, la posibilidad de ejercer esos derechos suele estar condicionada por quién lo reclama.

Además, los cambios en políticas migratorias por parte del gobierno de Javier Milei trajeron consigo reformas económicas y sociales para la población extranjera. Desde que asumió su puesto, el presidente promovió una visión más restrictiva en relación al ingreso y permanencia de personas migrantes en el país. En esa línea, aprobó el Decreto 584/2024, que incrementa significativamente las tasas migratorias para acceder a la residencia temporal o permanente, y modifica los aranceles de distintos trámites administrativos. Además, el Decreto 366/2025, que introdujo restricciones vinculadas a los plazos y condiciones de permanencia, reforzando los mecanismos de expulsión por causas administrativas. La normativa también limita el acceso de personas extranjeras a servicios públicos como la salud y la educación superior. Esto profundiza el cambio de enfoque en la política migratoria argentina, históricamente reconocida por su carácter inclusivo y de derechos.

En este contexto, la integración no puede entenderse únicamente en términos económicos o legales. También implica una dimensión social y simbólica. El trabajo conjunto entre el INADI y la OIM, a través de campañas de visibilización y prevención de la discriminación hacia personas migrantes, refleja un esfuerzo por abordar las raíces culturales de la exclusión. Reconocer al migrante no solo como trabajador o sujeto de derechos, sino como parte activa del entramado social y parte fundamental en la construcción de la identidad argentina, implica entender que la integración plena no se logra solo con leyes o empleo, sino con el reconocimiento cotidiano de su aporte cultural, humano y colectivo al país.

Entender la migración en Argentina implica reconocer que el país siempre se construyó en movimiento. Y en un contexto donde la migración suele politizarse o instrumentalizarse, recuperar una mirada más humana resulta esencial. En palabras de Gabriela, migrante paraguaya que acompaña jóvenes adultos de su comunidad a terminar sus estudios en Buenos Aires, “somos migrantes, por algo migramos. Poca es la gente que migra porque quiere. Nosotros pasamos por discursos familiares, por pobreza, por heridas y por exclusiones del sistema educativo”.

Fuentes

ACNUR & OIM, Venezuela Situation Factsheet, May 2024, mayo 2024, pág. 1. Disponible en https://www.unhcr.org/sites/default/files/2024-05/UNHCR_%20Venezuela_Situation_Factsheet_May_2024_compressed.pdf 

Allega, L. (2021). Cambio de paradigma: la sanción de la Ley de Migraciones Nº 25.871. Instituto Nacional de la Administración Pública. Disponible en: https://publicaciones.inap.gob.ar/index.php/CUINAP/article/view/250 

BBC News Mundo. (2025, mayo 15). En qué consiste la polémica reforma de Milei que endurece las medidas contra los inmigrantes en Argentina. Disponible en: https://www.bbc.com/mundo/articles/c787we2p9l7o

Boletín Oficial de la República Argentina. (2025, 29 de mayo). Decreto 366/2025. Boletín Oficial de la República Argentina. Disponible en: https://www.boletinoficial.gob.ar/detalleAviso/primera/326096/20250529

Boletín Oficial de la República Argentina. (2024, 5 de julio). Decreto 584/2024. Dirección Nacional de Migraciones. Boletín Oficial de la República Argentina. Disponible en: https://www.boletinoficial.gob.ar/detalleAviso/primera/310125/20240705

CONICET. (s. f.). Migraciones Internacionales en la Argentina. CONICET. Disponible en: https://ri.conicet.gov.ar/bitstream/handle/11336/236606/CONICET_Digital_Nro.ad011e9c-0337-4612-8e7e-515ce9f4ed30_B.pdf?sequence=2&isAllowed=y

Dirección Nacional de Migraciones. (2024). Estadísticas de movimientos migratorios 2024 [Informe anual]. Ministerio del Interior, Argentina. Disponible en: https://www.migraciones.gob.ar/pdf/movimientos/estadisticas-movimientos-2024.pdf

Dirección Nacional de Migraciones. (2003). Ley de Migraciones N.º 25.871: Libro – política migratoria argentina [PDF]. Ministerio del Interior, Argentina. Disponible en: https://www.migraciones.gov.ar/pdf_varios/campana_grafica/pdf/Libro_Ley_25.871.pdf

Euronews. (2023, 24 febrero). Pregnant and scammed: Investigating the Russian women flying to Argentina to have babies. Disponible en: https://www.euronews.com/2023/02/24/pregnant-and-scammed-investigating-the-russian-women-flying-to-argentina-to-have-babies

Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) y Organización Internacional para las Migraciones (OIM) Argentina, “El INADI y OIM Argentina lanzaron la campaña ‘Somos Migrantes’”, Presidencia de la Nación, 2023. Disponible en https://www.argentina.gob.ar/noticias/el-inadi-y-oim-argentina-lanzaron-la-campana-somos-migrantes

INDEC (2022). Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2022. Síntesis de resultados. Recuperado de https://censo.gob.ar/index.php/censo-2022-sintesis-de-resultados/

Infobae. (2023, 23 febrero). Masiva inscripción de alumnos rusos: cómo harán las escuelas para enseñarles pese a que no hablan español. Disponible en: https://www.infobae.com/educacion/2023/02/24/masiva-inscripcion-de-alumnos-rusos-como-haran-las-escuelas-para-ensenarles-pese-a-que-no-hablan-espanol/

Instituto Nacional de Estadística y Censos. (15 de enero de 2024). Paraguay, Bolivia y Venezuela son los países con mayor representación inmigrante en la Argentina. Disponible en: https://censo.gob.ar/index.php/paraguay-bolivia-y-venezuela-son-los-paises-con-mayor-representacion-inmigrante-en-la-argentina/

Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). (2022). Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2022: Síntesis de resultados. Disponible en: https://censo.gob.ar/index.php/censo-2022-sintesis-de-resultados/

Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) y Organización Internacional para las Migraciones (OIM) Argentina. (2023). El INADI y OIM Argentina lanzaron la campaña “Somos Migrantes”. Presidencia de la Nación. Disponible en: https://www.argentina.gob.ar/noticias/el-inadi-y-oim-argentina-lanzaron-la-campana-somos-migrantes

María Dolores Linares, Recent Venezuelan Migration to Argentina: A Selective Immigration Policy in the Context of the Immigration Restrictive Turn, Migraciones Internacionales (2021), Epub 24 de enero de 2022, Disponible en: https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1665-89062021000100114&lng=es&nrm=iso&tlng=es&ORIGINALLANG=es  

Ministerio de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, Censo 2022: más de la mitad de la población migrante vive en la PBA, 7 de junio de 2024. Disponible en: https://www.gba.gob.ar/gobierno/noticias/censo_2022_m%C3%A1s_de_la_mitad_de_la_poblaci%C3%B3n_migrante_vive_en_la_pba 

Organización Internacional para las Migraciones (OIM) & ONU Mujeres. (2023). Género, migración y tareas del cuidado: desafíos en América del Sur. Oficina Regional para América del Sur de la OIM / Oficina Regional para las Américas y el Caribe de ONU Mujeres. Disponible en: https://lac.iom.int/sites/g/files/tmzbdl626/files/documents/2023-03/OIM-ONU-MUJERES-Genero-migracion-tareas-del-cuidado.pdf

Organización Internacional para las Migraciones (OIM) – Argentina. Migración peruana en la República Argentina: perfil sociodemográfico. Buenos Aires: IOM. Consultado en https://argentina.iom.int/sites/g/files/tmzbdl901/files/documents/Migraci%C3%B3n-peruana.pdf

 Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Condiciones de vida y situación laboral de la población migrante en Argentina 2023. Disponible en: https://argentina.iom.int/sites/g/files/tmzbdl901/files/documents/2024-12/condiciones-de-vida-y-situacion-laboral-2023.pdf

Organización Internacional para las Migraciones (OIM) & Organización Iberoamericana de Seguridad Social (OISS). Migración y seguridad social. 2024. Disponible en: https://oiss.org/wp-content/uploads/2024/05/Migracio%CC%81n-y-seguridad-social.OIM_.OISS_._compressed.pdf

OIM y ONU Mujeres, Género, migración y tareas del cuidado: desafíos en América del Sur (Buenos Aires: Oficina Regional para América del Sur de la OIM / Oficina Regional para las Américas y el Caribe de ONU Mujeres, 2023).

Organización Internacional del Trabajo (OIT). Migraciones e informalidad laboral en Argentina. Presentación técnica. Disponible en:https://www.ilo.org/sites/default/files/wcmsp5/groups/public/@americas/@ro-lima/@ilo-buenos_aires/documents/presentation/wcms_727133.pdf 

Reuters. (2024, 16 marzo). Russian exiles bring banyas and blinis to Buenos Aires. Disponible en: https://www.reuters.com/world/russian-war-exiles-bring-banyas-blinis-buenos-aires-2024-03-16/

OIM y ONU Mujeres, Género, migración y tareas del cuidado: desafíos en América del Sur (Buenos Aires: Oficina Regional para América del Sur de la OIM / Oficina Regional para las Américas y el Caribe de ONU Mujeres, 2023).

Organización Internacional del Trabajo (OIT). Migraciones e informalidad laboral en Argentina. Presentación técnica. Disponible en:https://www.ilo.org/sites/default/files/wcmsp5/groups/public/@americas/@ro-lima/@ilo-buenos_aires/documents/presentation/wcms_727133.pdf 

Reuters. (2024, 16 marzo). Russian exiles bring banyas and blinis to Buenos Aires. Disponible en: https://www.reuters.com/world/russian-war-exiles-bring-banyas-blinis-buenos-aires-2024-03-16/

Imagen de la periodista Ema Balaguer en la web de Refugio Latinoamericano.
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Licenciada en Relaciones Internacionales por la Universidad de San Andrés. Nacida en Francia, ha residido en Argentina y Chile. Cuenta con experiencia en gestión de personas refugiadas en el marco de su labor con ACNUR. Actualmente se desempeña como profesora de investigación en diversas instituciones educativas de la Ciudad de Buenos Aires.


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