El magnate volvió a la Casa Blanca con más poder y sin contrapesos visibles. En su discurso inaugural declaró la emergencia nacional en la frontera con México, anunció deportaciones masivas y el envío de tropas para “repeler la invasión”.
Trump volvió recargado. No es cualquier regreso, el suyo es un regreso triunfal. Se trata del único presidente de Estados Unidos que recupera el cargo tras haberlo perdido, hay que remontarse a 1893 para encontrar un antecedente similar, por entonces Grover Cleveland logró volver al salón oval. Pero además Trump vuelve con la suma del poder: la Corte Suprema tiene una mayoría conservadora que le responderá sin vacilaciones, el Partido Republicano orbita alrededor suyo y las redes sociales como Twitter (por entonces) y Meta que jugaron un rol clave contra la desinformación durante su primer mandato decidieron sumarse a la “era dorada de Estados Unidos” que prometió ayer Trump durante la toma de su segundo mandato.
En su discurso de toma de posesión Trump adelantó que declarará la emergencia “en la frontera sur” del país. Este es el primero de los decretos ejecutivos para la “restauración de América”. “Todo ingreso ilegal será inmediatamente detenido. Y agregó: “comenzaremos el proceso de regresar millones y millones de criminales extranjeros de vuelta a los lugares de donde vinieron”. “Vamos a reinstalar mi política de “Quédate en México”.“Voy a detener la práctica de catch and release (atrapar y liberar, en inglés)”, agregó.
Sin ruborizarse Trump reflotó durante su discurso una legislación de 1798 promulgada cuando Estados Unidos estuvo cerca de ir a la guerra con Francia. Las cuatro normas, conocidas en su conjunto como las Leyes de Extranjería y Sedición, endurecieron el trato a los extranjeros residentes en Estados Unidos. El texto también confería al Ejecutivo pleno poder para arrestar y deportar a no ciudadanos. Ese conjunto de leyes contribuyó a la caída política del presidente John Adams en las elecciones de 1800 por su impopularidad y el descontento que generaron tanto entre la ciudadanía como entre la oposición.
El programa “Quédate en México” que Trump buscará reponer (oficialmente conocido como Protocolos de Protección al Migrante, MPP) fue implementado durante su primer gobierno en 2019 como parte de su política de inmigración restrictiva. La normativa obligaba a los solicitantes de asilo en Estados Unidos a permanecer en México mientras sus casos eran procesados, exponiendo a miles de migrantes, incluidos niños, a condiciones de inseguridad, pobreza extrema y violaciones de derechos humanos en campamentos improvisados. Organizaciones internacionales, como Human Rights Watch y Amnistía Internacional, denunciaron el programa por ser inhumano, argumentando que violaba el principio de no devolución (non-refoulement) consagrado en el derecho internacional.
En su discurso de toma de posesión Trump adelantó que declarará la emergencia “en la frontera sur” del país. Este es el primero de los decretos ejecutivos para la “restauración de América”. “Todo ingreso ilegal será inmediatamente detenido. Y agregó: “comenzaremos el proceso de regresar millones y millones de criminales extranjeros de vuelta a los lugares de donde vinieron”. “Vamos a reinstalar mi política de “Quédate en México”.“Voy a detener la práctica de catch and release (atrapar y liberar, en inglés)”, agregó.
El nuevo presidente recargado, prometió el fin del asilo y el fin de la ciudadanía por nacimiento, contemplado en la Constitución de Estados Unidos. La encargada de confirmarlo fue Anna Kelly, subsecretaria de Prensa de la Casa Blanca de la nueva administración, quien adelantó que Trump emitirá en las primeras horas de su nuevo mandato al menos diez órdenes ejecutivas relacionadas con asuntos fronterizos.
En ese sentido, el gobierno de Trump buscará ampliar el muro que se extiende por buena parte de los 3.145 kilómetros de frontera terrestre entre México y Estados Unidos. La misma funcionaria dijo que que la gestión de Trump planea además imponer la pena de muerte contra extranjeros en situación ilegal que cometan crímenes capitales tales como homicidio.
En su discurso Trump adelantó la firma de una orden ejecutiva (así se denomina los decretos) para designar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas, una medida que desde Ciudad de México fue leído como un posible preludio a una eventual intervención militar de Estados Unidos en territorio mexicano.
En ese sentido, el gobierno de Trump buscará ampliar el muro que se extiende por buena parte de los 3.145 kilómetros de frontera terrestre entre México y Estados Unidos. La misma funcionaria dijo que que la gestión de Trump planea además imponer la pena de muerte contra extranjeros en situación ilegal que cometan crímenes capitales tales como homicidio.
Varados en la frontera sur
Los problemas no tardaron en llegar para los miles de migrantes que buscan ingresar a los Estados Unidos. La nueva administración bloqueó la aplicación fronteriza llamada CBP One, desarrollada por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos que permitía a los migrantes entrar legalmente a Estados Unidos. A través de esa app, los migrantes que estaban en territorio mexicano podían llenar un formulario con sus datos y solicitar una cita para presentarse a un punto de entrada de la frontera sur.
CBP One ha sido clave para implementar la política migratoria estadounidense que requiere que quienes buscan asilo en Estados Unidos programen una cita antes de presentarse en un puerto de entrada terrestre. Sin esa herramienta operativa , la frontera está efectivamente cerrada para los solicitantes de asilo. Se calcula que unas 30.000 personas tenían agendadas sus citas para las próximas tres semanas.
Migrantes en la mira: ¿puede Trump deportar a millones?”
Según un informe del Colegio de la Frontera Norte (Colef) en México, publicado a principios de este mes, unas 13,5 millones de personas sin estatus legal para permanecer en Estados Unidos podrían ser expulsadas del país.
Los datos revelan que 4,9 millones de ellos son mexicanos y que otros 4,9 millones provienen de Centro, Sudamérica y el Caribe. El 50% de los mexicanos en situación irregular se ubica en los estados de California, Texas e Illinois, según el Colef.
Además el estudio revela que el 72% de los inmigrantes no autorizados trabaja. El resto son menores de edad o personas que desempeñan actividades domésticas.
Los sectores más afectados de la economía estadounidense si el gobierno avanza con las deportaciones masivas serían la construcción y los servicios.
Según un informe del Colegio de la Frontera Norte (Colef) en México, publicado a principios de este mes, unas 13,5 millones de personas sin estatus legal para permanecer en Estados Unidos podrían ser expulsadas del país.
La especialista en Migraciones Internacionales, Dra. Mariana García, Directora del Grupo de Investigación sobre Migraciones de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de Rosario, aclara que “la retórica y el discurso de Trump durante esta campaña fueron igualmente de agresivos de los que tuvo durante su primer mandato, no obstante, en aquel momento dejó pendientes muchas de las cuestiones. Por ejemplo, la construcción del muro y la cantidad de deportaciones que iba a haber durante su primer gobierno. En lo único que se diferenciaron los demócratas y los republicanos hasta acá fue en la retórica”. Sin embargo, la analista agrega que “en este segundo mandato de Trump la retórica se recrudece, ya que se plantea en términos de “amigo/enemigo”, cuya finalidad es de guerra. La discusión entre derechos humanos del migrante, e igualar a los mismos con Aliens o delincuente, se externaliza y se elimina el diálogo polìtico. Esta vez hay un acuerdo general entre internacionalistas y estudiosos de las migraciones (entre ellas Leticia Calderón Chelius), en que las medidas se harán realidad”. Para García, “la gran innovación ahora sería la incorporación del ejército, por este motivo se multiplica la escala continental y se utiliza la cuestión migratoria para dar una guerra por la migración a nivel continental”
Consultada sobre los efectos que el plan de Trump traerá aparejado, la analista señala que “existirán resistencias por parte de algunos Estados federados y de algunos miembros de la justicia de Estados Unidos, y también, por algunos países como México y Canadá, donde estas afrentas discursivas no pasarán fácilmente. Además, será complicada la ejecución de un nivel de deportaciones masivas, ya que no existen las instalaciones para apresar a la cantidad de personas que se pretende expulsar”.
A pesar de los esfuerzos xenófobos y punitivistas de Trump, los especialistas coinciden en que por la desigualdad persistente entre los países centrales y los de la periferia las migraciones se van a mantener en las próximas décadas. Tal como señala el académico Russel Kinh, “hay una estrecha relación entre migración laboral, desarrollo capitalista y desigualdad internacional”. El informe de la OIM 2022 revela que los trabajadores migrantes siguen eligiendo las regiones que ofrecen más oportunidades, a medida que las economías crecen y los mercados laborales evolucionan.
La paradoja de la migración en un mundo globalizado donde los desplazamientos son fuertemente estimulados, es que a la vez se instrumentan medidas para frenar esas migraciones. Las restricciones a la movilidad de la fuerza de trabajo migrante, la criminalización y la desvalorización vulneran sus posibilidades y generan fuertes tensiones entre los países de origen y los de acogida. Por su parte, la migración irregular “baja los costos de producción y genera un ejército de mano de obra prácticamente esclavizada”, recuerda la Dra. García.
El nuevo mandato de Trump apunta a convertir su discurso de campaña en acciones concretas. Sin los contrapesos significativos que marcaron su primer mandato Trump puede avanzar con políticas más radicales y confrontativas. Con una Corte Suprema de mayoría conservadora que respalda sus decisiones y el Partido Republicano completamente alineado, el presidente N 47 ya se mueve con mayor libertad para implementar su agenda sin temer consecuencias significativas. Su segundo mandato, enmarcado en una narrativa de “regreso triunfal”, simboliza una nueva etapa de incertidumbre global, donde su liderazgo hiper concentrado y el desafío constante al derecho internacional prometen más tensiones que solucione
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