Con siete triunfos invictos, Touba Niang cuenta cómo pasa de ser vendedor ambulante en la peatonal a perseguir su sueño de campeón de boxeo.
Touba Niang vive en Quilmes desde que llegó al país, en 2015. Tiene 24 años, trabaja como vendedor ambulante en la peatonal y su sueño es ser campeón mundial de boxeo en representación de Senegal y Argentina. El sábado 30 de agosto sumó su séptima pelea, un triunfo más para su récord invicto.
Hasta sus 15 años, Touba vivió en Senegal. Nació en el pueblo de Watef en la región de Louga, creció junto a sus hermanos y sus padres aprendiendo del trabajo en el campo. Esa cotidianeidad con su familia es de las cosas que actualmente más extraña de su país: “De chiquito era lo único que hacíamos con mis hermanos, estar en el campo con los animales, cultivar, y son cosas que se extrañan. El año pasado cuando fui, que pude ir a visitarlos, reviví todo eso y estaba muy contento, con mis amigos de la infancia y con la familia”.
Alrededor de sus 7 años la familia se trasladó a Dakar, la ciudad capital, donde Touba recuerda su colegio y que volvía cada tanto a Watef durante las vacaciones. Fue en 2014 cuando un vecino de la familia, que había estado viviendo en Argentina, volvió a Senegal con anécdotas, relatos y camisetas de Boca que entusiasmaron a Touba y lo motivaron a salir de Senegal: “Ya ahí fue cuando me hice hincha de Boca”, dice entre risas, y cuenta que la mayoría de quienes emigraban en ese momento lo hacían a Europa, pero a él Europa no le llamaba la atención.
Al principio sus padres no estaban de acuerdo con que él emigrara: “Ellos no querían saber nada porque yo era chiquito todavía. Querían que espere que sea grande, hasta que entendieron que quería salir del país, entendieron que yo quería otra cosa”, asegura Touba. También cuenta que es de los más chicos en su familia y que tiene 8 hermanos de parte de madre y 25 de parte de padre: “Allá se puede tener hasta cuatro mujeres, y bueno mi papá tiene cuatro mujeres, así que somos varios hermanos. Tengo hermanos más grandes, yo soy uno de los más chicos igual”.
Ya decidido, y con el aval de su familia, partió para Argentina. Viajó solo, con un grupo de 15 personas que conoció en ese momento, y tardaron 3 meses en llegar. El trayecto tuvo tramos en avión, en barco y hasta noches a pie, pasando por diferentes países entre los que recuerda España, Ecuador, Perú, Paraguay y Brasil. Ya en el país, su punto de llegada fue Quilmes, en donde se asentó:
“Cuando llegué acá era un poco difícil porque no sabía ni decir hola, no sabía decir ni una palabra, no sabía nada de nada. Vinimos a Quilmes porque teníamos un conocido que nos dió una mano, que nos consiguió un lugar para dormir. Entonces paramos todos en Quilmes un par de días, y cuando empezamos a trabajar ahí buscamos alquiler. Después nos dividimos, algunos seguimos viviendo juntos y otros se fueron a la capital. Llegamos en noviembre y ese mes empecé a trabajar en el centro de Quilmes vendiendo lentes. Fui a Once con $1000 que me había prestado la persona que nos ayudó. Me hizo comprar lentes y con eso empecé. Después llegó diciembre, fui a la costa, a San Bernardo, y estuve tres meses: enero, febrero y marzo, toda la temporada vendiendo. Y así seguía trabajando y aprendiendo el idioma de a poquito con la gente”.
Además del idioma, otra de las cosas que más le costó fue adaptarse a la comida. Nos cuenta que al principio extrañaba mucho el picante y los condimentos. Pero a medida que pasó el tiempo, y aunque por su religión musulmana hay cosas que no puede comer, ya se considera un fan del asado y las milanesas.
Touba dice que siempre le gustó el boxeo y su ídolo es Mohamed Alí, pero en Senegal no había lugares para aprender o practicarlo, entonces hacía lucha libre. Ya en Argentina sabía que quería dedicarse a eso y volverse profesional, pero primero tuvo que estabilizarse con el trabajo, así que recién en 2021 pudo empezar a entrenar. Comenzó en El Porvenir, con el entrenador Javier Segovia, y desde hace poco tiempo entrena con Daniel Salguero en la escuela Horizonte, en la localidad de Claypole:
“Gracias a Javier Segovia estoy donde estoy hoy. Empecé con él de cero, sin saber tirar una mano. Me tuvo toda la paciencia, me acompañó en todas y estoy muy agradecido con él. Y ahora, agradecerle también acá a Dani que es el profesor, el dueño de Horizonte, que me abrió la puerta y me brindó todo. Me siento muy cómodo entrenando acá y acá vamos por todo. Cuando empecé sabía que quería ser profesional, no tuve tiempo que perder, así que empezamos a meter doble doble turno todos los días y así sí, ahora profesional. Mi meta es ser campeón del mundo, sé que es cuestión de tiempo nada más, pero de que lo voy a ser, lo voy a ser, eso no tengo duda”.
Su entrenamiento es dos veces por día, a la mañana y a la noche. Solo corta para trabajar a la tarde vendiendo ropa y zapatillas en la calle Rivadavia de Quilmes. Para él, este crecimiento lo llena de orgullo y agradecimiento: “La verdad que me siento bien, me siento como si estuviera en mi país. Porque yo acá cuando peleo es una fiesta, van todos los argentinos a acompañarme, a hacerme el aguante. Yo estoy muy agradecido con el país y con su gente, conocí mucha gente maravillosa que de cero me acompañaron, me dieron una mano, y es mi segundo país. El día que pelee por el cinturón mundial voy a representar a los dos países, Senegal y Argentina”.
En el mundo del boxeo, Touba inició su carrera profesional en 2024 y empezó a conocerse como “La Bamba Negra”, incluso entre sus amigos y conocidos quilmeños ya es “Bamba”. La Bamba negra es una serpiente africana con un veneno letal, que identifica a Touba por lo rápido que concluye sus peleas, en gran parte por Knock Out (KO). De sus 7 peleas, todas ganadas, 5 fueron victorias por KO.
El sábado 30 de agosto tuvo su pelea más reciente, contra un rival experimentado, Gonzalo Chaparro. Touba nos había contado que estaba preparado para enfrentarlo, con mucha seguridad sobre su entrenamiento y confiado en que el triunfo en esta pelea sería clave para seguir avanzando en su carrera. Y así fue. Esa noche en Almagro, en la Federación Argentina de Box, La Bamba Negra venció a Chaparro por Knock Out técnico al minuto de haber iniciado el primer round.
Así, después de años de sacrificio y perseverancia, Touba Niang encontró en Argentina una segunda casa y en el boxeo el camino a su sueño. “La Bamba Negra” nació en Senegal, llegó solo a Argentina con 15 años y hoy es una promesa invicta.
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Es comunicadora social y periodista, especializada en comunicación política. Sus raíces migratorias provienen de Italia y Francia, de donde sus antepasados arribaron a Argentina a principios del siglo XX.