Si bien el derecho a migrar como tal no está enunciado en ningún instrumento internacional, la Declaración Universal de los Derechos Humanos establece, en su artículo 13, que “toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado”.
Lo cierto, sin embargo, es que no todas pudieron tomar esa decisión libremente: según la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), 122,6 millones de personas se encuentran desplazadas por la fuerza en el mundo. De ellas, 72 millones son desplazados internos (es decir, dentro de las fronteras nacionales); casi 32 millones están refugiadas bajo el mandato de Acnur; 8 millones son solicitantes de asilo y 6 millones están bajo el mandato de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA).
De acuerdo con el último informe de la ONU, la mayor parte de las personas desplazadas (75%) se encuentra en naciones de renta media y baja, y el 69% está en países vecinos.
Entre las principales crisis identificadas en 2023 está la de Sudán (por el conflicto entre las Fuerzas Armadas y las Fuerzas de Apoyo Rápido en Sudán) lo que ocasionó, según el último informe de Tendencias Globales “una de las crisis humanitarias más grandes del mundo”.
“La cantidad de personas sudanesas refugiadas y solicitantes de asilo en el mundo aumentó a, al menos, 826.800 durante el año y alcanzó los 1,8 millón”, destacan. En su mayoría fueron acogidas por países vecinos (República Centroafricana, Chad, Egipto, Etiopía y Sudán del Sur).
Acnur también destaca el caso de la Franja de Gaza, en el Estado de Palestina. “La situación humanitaria es extremadamente nefasta. Los niveles de hambre son tan elevados que los 2,2 millones de personas que viven en el país enfrentan inseguridad alimentaria aguda y una inminente amenaza de hambruna”.
UNRWA estima que “entre octubre y diciembre de 2023 hasta 1,7 millón de personas (o más del 75% de la población) fueron desplazadas dentro de la Franja de Gaza, e incluso algunas fueron forzadas a huir varias veces”.
En Myanmar, “debido a la escalada de violencia que hubo después de la toma del poder por parte de los militares en febrero de 2021”, la cantidad de personas desplazadas internas en el país llegó a más de 2,6 millones a finales de 2023. En este país, además, se da otra situación que impide el ejercicio de cualquier tipo de derecho: los rohingyas (una minoría musulmana en un país mayoritariamente budista) son, en su mayoría, apátridas. Las personas apátridas no son reconocidas como ciudadanas de ningún país.
Por otro lado, casi 10,9 millones de personas afganas en el mundo permanecían desplazadas para fines de 2023. Y en Ucrania, donde el ascenso del número de refugiados fue exponencial durante los primeros días del conflicto, 750 mil personas se convirtieron en desplazadas internas.
Los casos de República Democrática del Congo, Somalia y Siria también se presentan como las principales crisis.
Lo cierto es que ya sea por conflictos internos o externos, a causa del cambio climático y los desastres naturales, las crisis económicas o la persecución por razones de género e identidad sexual, 122 millones de personas debieron abandonar de manera forzada sus lugares de origen.
Para ellas es imperioso el reconocimiento de otro derecho: el que todo ser humano debería tener a no migrar.
Periodista especializada en migraciones y Lic. en Relaciones Internacionales. Trabaja desde hace más de 20 años en diferentes medios de comunicación. Sus raíces migrantes provienen de España, Italia y Escocia.