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Gabriela Mistral no fue solo la primera mujer latinoamericana en recibir el Premio Nobel de Literatura, en 1945, sino que también se convirtió en una migrante cuando dejó su Chile natal para trasladarse a México y continuar con su carrera. Además de poetisa, como educadora junto al político, pensador y escritor local José Vasconcelos, lo que le resultó una especie de plataforma de despegue para luego recorrer todo el mundo con su trabajo y sus obras.

Su verdadero nombre era Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga, con el que nació el 7 de abril de 1889 en Vicuña, una ciudad ubicada en la región de Coquimbo, en el Valle de Elqui, al norte de Chile.

Esta comuna originariamente diaguita es reconocida por su belleza natural y contar con un promedio de 300 cielos despejados al año, lo que la convierte en un sitio ideal para el avistaje de aves y, en especial, de los astros. Por ello es que la denominan actualmente “La Capital Mundial de la Astronomía”.

Mucho más que un nombre

De ascendencia española por parte de su padre, también escritor; y vasca del lado de su madre; Lucila comenzó en 1908 a llamarse “Gabriela Mistral”, inspirándose en el poeta francés Frédéric Mistral, y con ese seudónimo firmó su poema “Rimas”, publicado en el periódico “La Constitución de Ovalle”.

En su poesía, traducida a más de veinte idiomas, Mistral exploró temas como el desarraigo, la pertenencia y la búsqueda de identidad que refleja cierta melancolía y, a su vez, una profunda conexión con la tierra y preocupación por los marginados y desfavorecidos.

En su obra póstuma Poema de Chile, de 1967, narró, por ejemplo, el viaje de un alma por ese territorio: “La tierra es mi vestido, mi manta y mi collar”. En esa obra escribió: “Nuestra alma es un canto de libertad.”

Un capítulo fundamental en su vida

Antonio Caso, José Vasconcelos, Gabriela Mistral y el diputado socialista argentino Alfredo Palacios en Chapultepec (1922) | Imagen: Archivo del Escritor, Biblioteca Nacional de Chile – Disponible en Biblioteca Nacional Digital de Chile [Accedido en 7/4/2025]

En 1922, cuando Mistral publicó Desolación, su poemario más conocido; en tanto que Vasconcelos se desempeñaba por entonces como secretario de Educación Pública de México, la invitó a colaborar en su ambicioso proyecto de reforma educativa.

Ella aceptó ponerse a trabajar intensamente en ese proyecto y desempeñó un papel crucial en la organización de la educación rural y la formación de los maestros.

Para ello, Mistral se basó en ideas pedagógicas centradas en la creatividad, la libertad y el respeto por el individuo, al tiempo que ayudó a la creación de bibliotecas y a la edición de libros de texto gratuitos; lo que le valió el reconocimiento público del propio Vasconcelos, con quien intercambiaba correspondencia a la distancia y forjó una amistad.

“Solo en usted he hallado la firmeza de la roca en el afecto”, le dijo él en una de sus cartas, en 1925.

Entre 1928 y 1930, Mistral también centró su atención en la causa latinoamericana y apoyó públicamente al revolucionario nicaragüense Augusto César Sandino, a quien calificó como “héroe”, por oponerse a la ocupación estadounidense de ese país centroamericano.

Una carrera consular

El trabajo en la reforma vasconcelista amplió la cosmovisión de Mistral y potenció su compromiso con la justicia social, extendiendo las fronteras de la literatura y la educación.

Así fue que se movió por distintos países, ya que, además de Chile y México, vivió en los Estados Unidos y en Europa, donde la nombraron secretaria del Instituto de Cooperación Intelectual de la Sociedad de Naciones en Ginebra, Suiza; representó a Chile y Ecuador en el Congreso de la Federación Internacional Universitaria de Madrid, y trabajó en el Consejo Administrativo del Instituto Cinematográfico Educativo de la Liga de las Naciones de Roma, Italia.

Abocada a la diplomacia, se transformó en la primera mujer chilena en desempeñarse como cónsul. Mistral recorrió gran parte del planeta hasta que en 1957 falleció en la ciudad de Nueva York, donde hacía cuatro años que había sido designada cónsul y delegada en la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Una relación especial

Gabriela Mistral y Doris Dana rumbo a Italia (1951) | Imagen: Archivo del Escritor, Biblioteca Nacional de Chile – Disponible en Biblioteca Nacional Digital de Chile [Accedido en 7/4/2025]

Así como el vínculo con Vasconcelos marcó la vida de Mistral, también lo hizo haber conocido a la joven estadounidense Doris Dana en 1948, cuando esta última le escribió en referencia a su traducción del ensayo de la poeta El otro desastre alemán, que formó parte de un libro en homenaje al novelista Thomas Mann.

La escritura, los viajes y la lectura fueron las pasiones compartidas por ambas, quienes también debieron afrontar largos períodos de separación y ausencia debido a los compromisos personales de cada una.

Sin embargo, esta relación se mantuvo hasta la muerte de Mistral, quien no tuvo hijos biológicos y designó a Dana como su albacea para que cuidara de sus documentos más personales.

Luego, en 1965, Dana entregaría parte de este material a la Biblioteca Nacional de Chile y al morir en 2006 heredó los registros de la Premio Nobel a su sobrina Doris Atkinson, quien en 2007 donaría los manuscritos, primeras ediciones, fotografías y objetos personales de la poeta a la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (DIBAM) de aquel país.

La vigencia de su figura

Pasaron ya 68 años de la muerte de Mistral; sin embargo, su legado sigue vivo. De hecho, en octubre de 2024 se publicó el libro Emigración de los pájaros, una obra ilustrada por Carlos Denis que se basó en una serie de 77 poemas escritos por la Nobel durante veinte años.

“Tenemos la fuerza del mar y la altura de las montañas”, describió Mistral en uno de los versos recopilados para dicha publicación, la cual buscó destacar la relación madre-hijo, la naturaleza y los pueblos originarios.

Por otro lado, en Vicuña el nombre de Gabriela Mistral está por todos lados: la plaza principal, su propio museo y en la calle en la que se ubica este espacio levantado en su honor.

Y como un homenaje especial, el museo lanzó en marzo pasado una convocatoria a la comunidad para presentar ponencias vinculadas a investigaciones en torno a la poetisa, de cara a un seminario y ejercicio curatorial que se llevará a cabo el 15 y 16 de mayo próximo con el título “Mistral a 80 años del Nobel: Una mirada actual de su legado”.

Autor invitado |  + notas

Lic. en Periodismo y escritor, especializado en seguridad, justicia, historia y cultura. Hijo de madre italiana e inmigrante. Nacido, criado y residente en la provincia Argentina de Buenos Aires, pero siempre interesado en temas sobre el resto del país y del mundo.


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