En los últimos años, la región del Sahel en África se convirtió en el epicentro de las luchas contemporáneas por la soberanía y la descolonización. Se trata de una resistencia activa contra la histórica presencia de Francia en el continente y un intento de reescribir su narrativa, con el fin de redefinir los vínculos con las potencias externas y recuperar sus recursos estratégicos para erigir un proyecto de desarrollo soberano.
Desde Argentina, el historiador y analista internacional Kevin Bryan examina de manera rigurosa estos procesos y analiza las transformaciones de Mali, Burkina Faso y Níger en su obra La revolución de las boinas (Laborde Editor, 2025). Como sugiere el título, Bryan propone interpretar estos acontecimientos desde una perspectiva disruptiva, pero profundamente conectada con las tradiciones de las luchas por la liberación anticolonial africana. Más allá de la novedad de los procesos, en ellos convergen el nacionalismo revolucionario, la crítica al imperialismo y la reivindicación de figuras históricas asociadas al panafricanismo.

Con prólogos de Pablo Borda y Fernando Duclos (Periodistán), el título del libro se inspira en el simbolismo adoptado por los actuales líderes de la región del Sahel, quienes han asumido la presidencia en sus respectivos países en un contexto de transición poscolonial atravesado por una notable tensión geopolítica. En Burkina Faso, el Capitán Ibrahim Traoré utiliza una boina roja; en Mali, el General Assimi Goïta porta una boina verde; y en Níger, el General Abdourahamane Tchiani lleva una boina parda. Estas boinas trascienden su función como distintivos militares y constituyen un signo identitario de unidad y proyecto soberanista, reflejado en la Confederación de Estados del Sahel (CES), una alianza política y militar creada con el objetivo de consolidar su autonomía frente al imperialismo francés. Como señala Kevin Bryan en su obra, las boinas se erigen en iconos de la lucha por la autodeterminación y la reescritura de la memoria histórica, articulando tanto la dimensión política como la simbólica de los procesos de descolonización en el siglo XXI.
Para el autor rosarino, estos procesos no son ajenos a Latinoamérica. La conversación con Kevin, atravesada por la actualidad africana pero también por las experiencias de la diáspora en nuestro continente, abre un espejo que conecta las luchas por la soberanía en África con los desafíos de América Latina en el actual contexto histórico y geopolítico.
Descolonización política y cultural
El proceso de ruptura de los viejos lazos de dependencia con Francia parte de una inédita coordinación militar entre países africanos. Sin embargo, los cambios que vive este continente no se limitan a la expulsión de tropas francesas o a la nacionalización de recursos estratégicos. Se trata, sobre todo, de una disputa cultural y simbólica. África busca desprenderse de la relación de dominación con Francia y demandar vínculos basados en la reciprocidad. Para esto hay que transformar no solo las estructuras materiales, sino también los imaginarios y memorias colectivas que durante décadas fueron moldeados desde Europa: “África dejó de mirarse a sí misma como ‘dependiente’ y empezó a construir sus propios referentes”, sostiene Kevin.
Este nuevo giro anticolonial se expresa en la revisión de programas educativos, en la recuperación de las lenguas y memorias propias, y con ello, nuevas formas de narrar la historia. Estos gestos apuntan a cambiar la manera en que los pueblos africanos se piensan a sí mismos: “podés romper acuerdos económicos, pero si seguís pensando tu historia desde los marcos coloniales, el proceso queda incompleto. La emancipación también pasa por construir narrativas propias”, subraya Kevin.
La descolonización, según Kevin, no debe leerse como una reacción contra un país en particular, sino contra un esquema colonial más amplio que moldeó la forma de pensar durante más de un siglo. Es por esto que la estrategia africana incluye abrirse a nuevas alianzas: “la pregunta central es cómo se construye una soberanía real, y eso implica diversificar los vínculos, no depender de un solo actor externo”, explica Kevin en referencia a las alianzas que hoy se abren con China, Turquía, el mundo árabe y Rusia.
Sin embargo, para el autor, el terreno financiero aparece como un nudo especialmente sensible. Mientras persista la moneda heredada del dominio colonial francés, la independencia seguirá siendo parcial: “mientras no se rompa con la pata financiera, que es el franco CFA, el proceso todavía está inconcluso. Los próximos años serán fundamentales para definir si se logrará romper con esa estructura”, advierte.

La voz de la diáspora africana
No alcanza con entender estos procesos desde lo que sucede dentro de África. Quienes viven fuera también construyen lecturas críticas que enriquecen el debate: “cuando uno analiza desde la perspectiva de las diásporas y en las posibilidades de diálogo que he tenido, me da la sensación de que hay un visto bueno, hay un optimismo sobre el proceso, aunque no lo idealizan”, explica. Esta mirada combina entusiasmo y prudencia. Si bien se celebran los gestos de emancipación, también hay temor de que los nuevos líderes caigan en los mismos patrones que marcaron otras experiencias poscoloniales en África: “si hay algo que los africanos conocen bien es que pueden construir líderes carismáticos, pero también que esos líderes se perpetúen en el poder”, menciona Kevin advirtiendo sobre los riesgos de la burocratización en los procesos de transición.
Esta doble lectura, de esperanza y cautela, es clave para entender el modo en que la diáspora dialoga con los procesos africanos. Hay una vigilancia constante, un compromiso que reconoce la necesidad de cambios profundos pero que al mismo tiempo exige renovación democrática. En este sentido, la diáspora actúa como puente y termómetro: conecta las vivencias africanas con los territorios de acogida y a la vez observa y cuestiona el rumbo de los procesos políticos en sus países de origen.
Es por esto que Kevin destaca la vitalidad de las comunidades africanas en América Latina: “siempre son muy amenos ellos para explicarte lo que ven en sus países, y también cómo proyectan lo que puede pasar en los próximos años, sobre todo a partir de las referencias de familiares y personas que quedaron allá”. En particular, menciona a la colectividad senegalesa en Argentina: “así como existen colectividades italiana o española, es necesario reconocer e integrar también a las africanas, que son de las más importantes”. Según el autor, los países de acogida de migrantes no son solo un terreno de desplazamientos humanos, sino que son espacios de intercambio político, cultural y simbólico.
Soberanía sobre los recursos estratégicos
La discusión sobre la soberanía de los recursos no es ajena a América Latina. La riqueza del suelo suele terminar explotada en beneficio de las potencias extranjeras, mientras que los Estados nacionales enfrentan limitaciones para garantizar un desarrollo soberano. En Argentina, por ejemplo, el litio se volvió uno de los recursos más codiciados por el Norte Global, y Francia aparece como un actor central en esta puja. Los acuerdos bilaterales firmados para garantizar inversiones francesas en el sector reavivan una pregunta que resuena con fuerza también en África: ¿Cómo equilibrar la llegada de capitales extranjeros con la preservación de la soberanía y el desarrollo local?
Frente a estos dilemas, Kevin menciona que varios países africanos empezaron a reformar sus códigos mineros para negociar mejores condiciones con las empresas extranjeras. Un camino que, aunque no resuelve todos los problemas, permite avanzar hacia una mayor apropiación de la renta y la posibilidad de “dar los primeros pasos hacia una industrialización soberana”.
Francia, tanto en África como en América Latina, busca asegurar minerales estratégicos clave para su transición energética y tecnológica. El desafío es revisar los contratos heredados de otras épocas y modernizar la lógica de negociación. En Argentina, donde el control de algunos recursos está en manos de las provincias, el desafío es construir consensos federales para avanzar en un proyecto nacional, lo que hoy parece difícil de alcanzar.
Más que ofrecer únicamente una mirada sobre África, la conversación con Kevin Bryan plantea interrogantes cruciales para América Latina y el Caribe: cómo consolidar soberanía, cómo repensar los liderazgos y cómo incorporar de manera significativa las perspectivas de las diásporas, que hoy desempeñan un rol activo en la configuración de estos procesos sociopolíticos a nivel extracontinental.
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Licenciada en Relaciones Internacionales por la Universidad de San Andrés. Nacida en Francia, ha residido en Argentina y Chile. Cuenta con experiencia en gestión de personas refugiadas en el marco de su labor con ACNUR. Actualmente se desempeña como profesora de investigación en diversas instituciones educativas de la Ciudad de Buenos Aires.