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Organizaciones sociales advierten que la vulneración de derechos, la falta de información y la escasa representación política figuran entre las principales causas de la baja participación de personas migrantes en las elecciones legislativas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), celebradas el 18 de mayo pasado. Hoy, la atención está puesta en la Provincia de Buenos Aires, donde se aproxima un nuevo desafío para el voto extranjero.

“Buena parte del ausentismo fue una reacción a lo que se venía diciendo sobre la reforma migratoria. Para nosotras, muchas de las medidas anunciadas significan un retroceso, una pérdida de los derechos que conquistamos tras años de lucha”, reflexiona Natividad Obeso, presidenta de la Asociación Civil Mujeres Unidas, Migrantes y Refugiadas en Argentina (AMUMRA), en relación a la baja asistencia del electorado migrante en CABA y a las modificaciones introducidas por el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 366/2025 a la Ley Nacional de Migraciones N° 25.871.

Amumra funciona desde 2001, cuando un grupo de mujeres peruanas que llegó al país en la década del noventa decidió organizarse para enfrentar los abusos avalados por la Ley General de Migraciones y Fomento de la Inmigración N° 22.439, sancionada en 1981. “Con una ley que criminalizaba a las personas extranjeras, la policía iba a nuestros trabajos, nos esperaba a la salida y nos detenía. Era muy difícil regularizar la situación migratoria. No podíamos caminar tranquilas. Sufrimos todo tipo de violencias”, recuerda Obeso.

La lucha de las mujeres por la Ley de Migraciones

La Asociación nació como un espacio de encuentro y organización de mujeres migrantes, orientado a debatir sus problemáticas y escuchar sus necesidades, como el acceso de sus hijos a la educación superior. Según cuenta Natividad, el entonces rector de la Universidad de Buenos Aires, Guillermo Jaim Etcheverry, las ayudó a que sus chicos pudieran ingresar a dicha casa de estudios, aún sin contar con un documento nacional de identidad.

Asociación Civil Mujeres Unidas, Migrantes y Refugiadas en Argentina brindando asesoramiento en los barrios populares. Foto: Gentileza

Paralelamente, AMUMRA, junto a académicos, defensores de derechos humanos e integrantes de otras organizaciones sociales, comenzó a trabajar en la elaboración de una nueva ley migratoria. “Hacíamos incidencia en los barrios y en la vía pública. Íbamos a la puerta del Congreso, a veces teníamos que esperar toda la madrugada cada vez que se debatía”, afirma Obeso. Y enfatiza: “Hay que tener memoria y recordar que detrás de la Ley de Migraciones hubo mujeres extranjeras, en su mayoría trabajadoras de casas particulares, que pusieron el cuerpo”. La Ley N° 25.871 fue sancionada en diciembre de 2003, derogando finalmente la normativa de la última dictadura militar.

La Ley de Migraciones establece las normas que regulan el ingreso, la permanencia y la salida de las personas extranjeras del país; además reconoce y garantiza sus derechos básicos, como el acceso a la salud, el trabajo y la educación. A su vez, el artículo 11 dispone que sus derechos políticos deben ser promovidos por el Estado, quien “facilitará, de conformidad con la legislación nacional y provincial en la materia, la consulta o participación de los extranjeros en las decisiones relativas a la vida pública y a la administración de las comunidades locales donde residan”.

Marco normativo de los derechos políticos migrantes

El andamiaje legal que habilita la participación política de las comunidades extranjeras incluye también la Ley Nacional N° 23.510 -sancionada en 1987-, que otorgó el derecho a votar en elecciones municipales a quienes residan en la Ciudad de Buenos Aires y estén inscriptos en el Registro de Electores Extranjeros Residentes. El Decreto 344/89 reglamentó esta ley y estipuló -en sus artículos 1 y 2- que la inscripción debía ser solicitada por una persona o agrupaciones ante el Juzgado Electoral.

En 1996, se sancionó la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires, cuyo artículo 62 establece que “el sufragio es libre, igual, secreto, universal, obligatorio y no acumulativo”, y que las personas extranjeras residentes en CABA gozan de este derecho “en igualdad de condiciones que los ciudadanos argentinos empadronados en este distrito”.

Por su parte, la Ley N° 6.031 – Código Electoral de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires -sancionada en 2018- creó el Tribunal Electoral y el Instituto de Gestión Electoral (IGE). El primero resuelve disputas, sanciona infracciones y confecciona los padrones. El segundo, de carácter autárquico, organiza todo el proceso electoral: desde la distribución del presupuesto de campaña hasta la adquisición de materiales tecnológicos e informativos.

El artículo 10 del Anexo A establece los requisitos para que las personas extranjeras puedan votar a partir de los 16 años: tener residencia permanente, DNI, domicilio en CABA y no estar inhabilitado por las causas previstas en el artículo 14. En cuanto a la promoción del voto migrante, el artículo 11 obliga al Poder Ejecutivo porteño y al IGE a “instrumentar un programa de difusión” sobre el ejercicio de sus derechos dirigido especialmente a las colectividades extranjeras. Pese a ello, las organizaciones aseguran que esta disposición dista mucho de cumplirse en la práctica.

En 2021, una reforma al artículo 23 permitió la incorporación automática de las personas migrantes -que cumplan las condiciones de los artículos 10, 14 y 25- al Registro de Electores Extranjeros Residentes, base del padrón provisorio y definitivo. Esto implica que, al igual que los ciudadanos nativos, ya no necesitan inscribirse de manera voluntaria para ejercer el sufragio local.

A nivel nacional, el colectivo migrante tiene garantizado su derecho a votar en elecciones provinciales, municipales, consultas populares y plebiscitos; pero no puede participar en comicios presidenciales y legislativos nacionales. En CABA pueden elegir jefe de gobierno, legisladores y comuneros. Si bien la inclusión en el padrón es automática, el voto migrante sigue siendo optativo en este distrito.

Sin información no hay democracia

“Muchos migrantes no sabían que tenemos derecho a votar ni que ya estábamos empadronados. Algunos se buscaron en el padrón de electores argentinos y no se encontraron, porque desconocían que tenemos uno aparte”, explica Eliane Eulalio Da Silva, presidenta de la Asociación Civil Cultural Afro Colectivo Migrante y, desde hace años, autoridad de mesa en una escuela porteña.

Integrantes de la Asociación Civil Cultural Afro Colectivo Migrante en la localidad bonaerense de La Tablada. Foto: Gentileza

“Ha pasado que el mismo día de las elecciones vengan a preguntar por quién votar, porque no conocen a los candidatos o no se sienten representados por ninguno”, continúa. Además, señala que en varias comunidades extranjeras la falta de alfabetización dificulta aún más el ejercicio del sufragio.

A esto se le suman fallas técnicas. Eulalio Da Silva cuenta el caso de una persona migrante con más de 30 años de residencia que no figuraba en el padrón. “El problema no es solo que alguien no esté cargado, sino que nadie lo notifique. Tienen todos nuestros datos, lo que falta es voluntad”, sentencia.

Las organizaciones también denuncian que el sitio web del padrón migrante colapsó el día de las elecciones, lo que impidió que muchas personas verificaran si estaban habilitadas para votar o en qué escuela les correspondía. “A quienes viven en la zona y se acercaron, pudimos ayudarles a encontrar su mesa y les explicamos cómo era el proceso”, cierra Eulalio Da Silva.

El trabajo de las asociaciones

“Muchas personas ni siquiera sabían que había elecciones ni la forma en que tenían que votar. Antes de los comicios, dimos capacitaciones sobre el voto electrónico y llevamos las máquinas para que pudieran ensayar con opciones ilustrativas”, relata Santiago Vestfrid, presidente de la Asociación Civil 18 de Diciembre por el Migrante. También habilitaron un número de teléfono para responder consultas.

Asociación Civil 18 de Diciembre por el Migrante y la intendente de Moreno, Mariel Fernández, en una reunión con parte de la mesa interreligiosa . Foto: Gentileza

Además, la Asociación trabaja en los barrios populares con actividades dirigidas a las colectividades migrantes: reuniones informativas, asesoramiento sobre regularización migratoria, obtención de turnos consulares y trámites de residencia. “Estamos presentes todo el año, pero sabemos que no es suficiente”, admite Vestfrid.

Santiago Vestfrid remarca que la baja concurrencia en los comicios del pasado 18 de mayo no se explica solo por la falta de información: “Hay una falta de interés muy grande de las personas migrantes al no sentirse representadas por ningún candidato, ni interpeladas por las propuestas”.

Más allá del resultado electoral, las organizaciones coinciden en que “el alto nivel de abstención fue, en muchos casos, una forma de protesta contra la reforma migratoria”, anunciada días antes por Manuel Adorni, principal candidato a legislador porteño por La Libertad Avanza (LLA). “Las colectividades extranjeras de la Ciudad expresaron su malestar decidiendo no acercarse a las urnas. Hoy, nuestra mirada está puesta en las legislativas de la Provincia de Buenos Aires”, concluyen.

Desarrollo del voto migrante (2019-2025)

Con el objetivo de analizar la evolución de la participación de la población migrante en las elecciones legislativas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, tras la implementación del empadronamiento automático en 2021, se toman como referencia los datos provistos por el Instituto de Estadística y Censos de CABA, junto con el Informe Postelectoral Elecciones 2025 elaborado por la Dirección General Asuntos Políticos y Electorales del Ministerio de Justicia porteño.

Fuente: elaboración propia con base en la información provista por el Instituto de Estadística y Censos de CABA y el Informe Postelectoral Elecciones 2025 elaborado por la Dirección General Asuntos Políticos y Electorales del Ministerio de Justicia porteño.

En 2019 se registraron 20.857 electores habilitados para sufragar, de los cuales 8.965 emitieron su voto y una participación relativa del 43 por ciento. Con la puesta en marcha de la inscripción automática en el Registro de Electores Extranjeros, estas cifras cambiaron de manera significativa: el padrón migrante ascendió a 422.080 electores y hubo 79.128 votantes, lo que representa una participación relativa del 18,7 por ciento. Esto indica que la cantidad de personas extranjeras habilitadas se multiplicó más de 20 veces (1923,6 por ciento), mientras que el número de votantes efectivos se incrementó casi nueve veces (782,6 por ciento). Sin embargo, este crecimiento exponencial de la lista de electores vino acompañado de una caída de 24,3 puntos porcentuales en el índice de participación.

Para 2023 se observa una ligera mejora respecto a 2021. El padrón extranjero siguió en ascenso, alcanzando los 486.543 electores, y también aumentó el número de votantes en términos absolutos: 97.426 personas acudieron a las urnas. En esos dos años, el listado creció un 15,3 por ciento, mientras que la cantidad de votantes aumentó un 23,1 por ciento. En consecuencia, el 20 por ciento del electorado migrante ejerció su derecho, lo que implica una suba de 1,3 puntos porcentuales en la participación relativa.

Las elecciones legislativas del 18 de mayo pasado mostraron que, a pesar de que el padrón migrante continuó creciendo, la participación volvió a disminuir, tanto en valores absolutos como en proporción. Los 524.040 migrantes habilitados representan un incremento del 7,7 por ciento respecto a 2023. No obstante, sólo 77.250 personas asistieron a los comicios, lo que supone una caída del 20,7 por ciento en el número de votantes. En definitiva, la participación relativa fue del 14,7 por ciento, lo que refleja un descenso de 5,3 puntos porcentuales en relación al período anterior.


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Editora general |  + notas

Mi historia migrante es una historia de exilios y se remonta, por un lado, a mis antepasados de origen vasco-navarro, por otro, a mis bisabuelos provenientes de Guangzhou y Okinawa. Todos ellos se encontraban en situación de movilidad, huyendo de enfrentamientos armados y buscando establecerse en tierras que les permitieran trabajar y criar a sus hijos. Es así que llegaron a América Latina.

Considero fundamental que las historias de personas migrantes sean contadas por sus protagonistas. En esta tarea resulta necesario visibilizar no sólo las dificultades a las que muchas veces se enfrentan sino, además, los aportes económicos, políticos y culturales que realizan en las comunidades de acogida.

Me apasionan las expresiones artísticas, especialmente las danzas, la pintura y el dibujo.


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